La gestación gemelar es una rareza en el mundo de los caballos: ocurre en uno de cada cien casos.
Además, es más raro todavía que llegue a término y que las crías sobrevivan.
Los dos potrillos, que nacieron ayer viernes 17, lo hicieron en perfectas condiciones ya trotan y galopan, todavía no tienen nombre.
Lo dice su propietario, José «Pepe» Moya, hace años que no sucede esto en Miraflores, por décadas en las que nunca se dio un caso como este.
Y es que la gestación gemelar, es decir dos óvulos fecundados en dos bolsas distintas, es una rareza en el mundo de los caballos que tienen una sola cría en cada parto.
«Lo normal en estos casos es que la madre aborte, que las crías nazcan muertas o que muera incluso la yegua», explica Moya.
Sea como fuere, el caso es que estos dos potrillos nacieron a primera hora de la mañana del viernes, hace horas, para sorpresa de Pepe, que ni lo esperaban, ni lo imaginaban cuando vieron dos pequeños cabecitas junto a su mamá.
