«Los cosecheros se van porque les pagan mal»

Optan por otras cosechas donde las condiciones de trabajo y jornal son mejores, así lo indicó Enrique Cowes, delegado en Catamarca del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE)

Enrique Cowes, delegado en Catamarca del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE), se refirió a la demanda de trabajadores para la cosecha de aceituna y aseguró que prefieren irse a otras provincias donde la paga es mejor. Catamarca tiene un estimativo de 5.000 cosecheros registrados y actualmente hay mejores ofertas laborales para la cosecha de papa en la provincia, o la pera, uva y manzana en el sur del país.

El asesor de la Asociación Olivícola de Catamarca (ASOLCAT), Federico Alonzo, había asegurado que el sector tendría pérdidas millonarias por falta de cosecheros y que la razón por la cual no quieren trabajar es “porque no quieren perder los planes sociales que cobran” o directamente porque “la gente no quiere trabajar”.

Lejos de lo que plantea Alonzo, Cowes explicó que este año el precio de la bandeja de aceituna que recolecta el trabajador, que se estima en 20 kilos, se fijó entre el Ministerio de Trabajo y la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) en $234 y el jornal en $2710. Este precio, es superado ampliamente por lo que pagan por la cosecha de papa que se fijó la bolsa en $300 y el jornal en $3000, y también por lo que abonan por las cosechas de pera, uva o manzana en el sur del país que se realizan en la misma época del año que la aceituna.

“Es lógico que el trabajador rural elija lo que más le conviene. Además las condiciones de trabajo son completamente distintas. Por ejemplo, en Aconquija (Catamarca) que es donde se cosecha la papa, se les alquilan casas a los trabajadores, mientras que las empresas de aceituna ofrecen galpones que en días de calor tienen 50 grados y el trabajador no puede descansar bien”, explicó.

“Históricamente los trabajadores de Belén y Santa María se fueron a La Rioja a trabajar para la época de aceituna. Este año, tengo entendido que se fueron para allá porque los empresarios decidieron pagar entre 280 y 300 pesos la bandeja porque también tenían pocos trabajadores. Además, el olivo tiene un problema, y es que un año da muchas aceitunas y al otro menos, este año es el que menos da, y los trabajadores sacan un promedio de 20 bandejas los años buenos y de 10 los menos productivos”, explicó.

En cuanto a las condiciones laborales, señaló que sólo algunas oliveras ofrecen comida y que ninguna ofrece ropa de trabajo. “Los trabajadores rompen toda la ropa con la aceituna”, dijo.

En estas condiciones duermen los trabajadores.

Por otra parte, Cowes aseguró que nada tiene que ver que los trabajadores cobren ayudas sociales. “En septiembre del año pasado el Presidente de la Nación firmó el decreto 514, que dice que aquellos trabajadores que cobren planes nacionales no se les saca el beneficio mientras están en la cosecha. La Renatre se reunió con el gobernador Raúl Jalil y él firmó el decreto provincial 1740 que adhiere al instrumento nacional y además lo hace extensivo a aquellos que cobren planes de la provincia o de los municipios. Es decir que tenemos condiciones inmejorables para los trabajadores”, dijo.

“Los empresarios están hablando de pérdidas millonarias cuando la producción de este año es baja y cometieron el error de decir cuál es su ganancia que generó más bronca en los trabajadores”, señaló. Alonzo, para referirse a las pérdidas del sector dijo que el kilo de la fruta se pagaba a un dólar con cuarenta centavos. “Si están hablando de que el kilo lo venden a ese precio, una bandeja de cosechador son 20 kilos, osea $2800 y ellos pagan $200 la bandeja”, resaltó Cowen.

“Una de las soluciones, si no quieren pérdidas, podría ser que paguen el jornal que son $2700, pero optaron por subestimar y tratar de vagos a los trabajadores”, concluyó e funcionario.

Procedimiento

El  Renatre es el encargado de expedir la Libreta del Trabajador Rural, de administrar el Sistema Integral de Prestaciones por Desempleo y de fiscalizar el cumplimiento de la ley vigente, la cual tiende a evitar el desarrollo del trabajo rural en condiciones informales. 

En cuanto a las condiciones de trabajo, Cowen contó que la Ley prohíbe la instalación de carpas estructurales para que vivan los trabajadores. Sin embargo, el año pasado se instalaron pese a que los empresarios habían pedido permiso y la Dirección de Trabajo se los negó.

Por otra parte, se han realizado porcedimientos en donde los  cosecheros eran obligados a convivir en condiciones miserables.

Fuente y fotos Página 12

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