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El COVID-19 no se fue

EDITORIAL
El fin de la pandemia decretado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a principios de mayo no significa que el virus del COVID-19 se haya extinguido o no siga enfermando y matando a personas de todo el mundo, aunque por cierto de una manera mucho más moderada que hace dos o tres años, antes de la colocación masiva de las vacunas. La decisión tomada por la OMS se debe a que ha dejado de ser una emergencia de salud pública para pasar a ser una enfermedad de las características de la gripe estacional. Continúa siendo una amenaza pero el abordaje sanitario es distinto.

La acotación se vincula con noticias que dan cuenta de un incremento de casos en Catamarca, y en todo el país, en las últimas semanas y la internación de algunos pacientes con este virus. El Ministerio de Salud informó hace quince días aproximadamente que se registraban hasta diez casos por semana. Vale la aclaración: son los que se registran, no la cantidad total. La caída acentuada de los hisopados permite inferir que debe haber muchos más casos que los que se notifican al ministerio. A diferencia de los momentos más dramáticos de la pandemia, en la actualidad solo pueden hisoparse quienes han consultado a un médico y éste ha realizado un pedido específico.

Con el fin de la pandemia, algunos expertos empezaron a analizar la conveniencia de que las vacunas contra el nuevo coronavirus no se apliquen, como en años anteriores, de un modo masivo. Ante la disminución de los casos graves y las muertes se sugiere, si bien cualquiera puede seguir vacunándose, que solo se apliquen dosis aquellas personas que integran la población de riesgo. Por ejemplo, adultos mayores o personas con enfermedades de base (pulmonares, cardíacas, hipertensas). Otra mirada de expertos sigue aconsejando una vacunación masiva.

Lo cierto es que, al margen de esta diferencia de enfoque, el número de personas vacunadas ha caído abruptamente en todo el mundo, y Catamarca no es la excepción. Según la directora de Epidemiología de la provincia, Claudia Espeche, más del 80% de la población no tiene aplicados los refuerzos en los últimos seis meses”. Añadió que las vacunas siguen estando disponibles en los diferentes nodos, pero que la gente que concurre es muy escasa. La misma funcionaria admitió un incremento de las internaciones, la mayoría de ellas de personas con algunas comorbilidades y patologías de base. En estos casos, tener la vacuna es fundamental para que la enfermedad no ingrese en una etapa de gravedad.

Como ya se dijo, que la Organización Mundial de la Salud haya declarado el fin de la pandemia no significa que el COVID-19 no exista más. De modo que, como sucede también con otras enfermedades estacionales, es preciso tomar los recaudos necesarios para prevenir el contagio, particularmente entre las personas que integran los grupos de riesgo.

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