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Ávila no pudo convalidar su tercer mandato

El representante de Unión Patriótica Catamarqueña
Hugo Daniel “El Grillo” Ávila, candidato de Unión Patriótica Catamarqueña, reconoció anoche su derrota electoral en los comicios provinciales y felicitó al gobernador Raúl Jalil por su triunfo contundente. Consultado por El Ancasti, dejó traslucir su profundo desacuerdo con el rumbo político de la provincia.

«Creo que las elecciones son inapelables; son absolutamente indiscutibles los resultados. Para mí el pueblo siempre tiene razón», afirmó Ávila, en un mensaje que combinó el reconocimiento formal de la derrota con una enumeración sistemática de las críticas que sostuvo durante toda su campaña.

El dirigente opositor, ante todo, felicitó «al pueblo de la provincia de Catamarca» por la participación electoral, que alcanzó el 66% de los votantes, y destacó que con su voto se «legitimó una política de un gobierno». Sin embargo, inmediatamente después desplegó una particular estrategia retórica al plantear que el resultado electoral indicaría que él está «totalmente equivocado» en sus denuncias sobre la gestión provincial.

Autocrítica irónica
«La gente con su voto le dio la razón a Jalil, a Saadi, a Corpacci y a las familias feudales que gobiernan esta provincia y dijo que yo estoy totalmente equivocado», señaló Ávila. A la vez, utilizó un recurso de falsa autocrítica que le permitió repasar todos los ejes de su campaña: los ajustes, las tarifas altas, los salarios bajos, el narcotráfico, la precarización laboral y el desmantelamiento de los sistemas de salud y educación.

El candidato derrotado insistió en que debía «hacer una autocrítica y aceptar lo que el pueblo vota», aunque cada referencia a su supuesto error venía acompañada de una reafirmación implícita de sus planteos críticos. Ávila no se limitó al reconocimiento de la derrota sino que trazó un panorama de lo que considera serán las consecuencias del triunfo oficialista. Según su visión, el resultado electoral otorga «un cheque en blanco al Gobierno Provincial de Jalil» y dividió el voto «en dos modelos de ajuste»: el provincial, con «motosierra al salario del estatal catamarqueño», y el nacional, de Milei.

«Esto lo va a exacerbar en esos bajos instintos que tienen ambos gobiernos de seguir profundizando el ajuste», advirtió. También anticipó que habrá «consecuencias negativas para la rueda de la economía del mercado interno». El referente opositor también repasó sus cuestionamientos institucionales a la gestión de Jalil, mencionando específicamente su crítica al supuesto «avasallamiento a la división de poderes» y las presuntas violaciones al artículo 149, inciso 15 de la Constitución Provincial, que establece que los acuerdos con otros estados o empresas privadas deben pasar por la Legislatura.

En este punto, enumeró los convenios con Mecorot, Loro Piana, Catena Zapata, Liex Zijin, y los pactos de Mayo y UEM. De esta manera, concluyó con ironía que «indudablemente a la sociedad eso es un tema absolutamente menor» y que deberá hacer «una profunda autocrítica» por haber objetado estas cuestiones institucionales.

Futuro político
Sobre su continuidad en la política, Ávila dejó la puerta abierta: «Obviamente que nosotros o nos retiramos de la política o producimos una profunda autocrítica», afirmó, aunque dejó en claro que considera que «la equivocación y el error de acuerdo con la voluntad soberana del pueblo es de parte nuestra y no de las familias feudales que gobiernan Catamarca».

En relación con los votos obtenidos, el candidato se sinceró. «Yo creo que no entro», reconoció. Con este discurso, Ávila cerró una elección que no le fue favorable, pero dejó instalado un posicionamiento de oposición crítica que mantiene vigentes todos sus cuestionamientos al Gobierno provincial, ahora bajo el formato de advertencias sobre lo que considera será el rumbo de la provincia en los próximos años.

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