Un esfuerzo mancomunado que debe mantenerse

Editorial
El lunes, Catamarca vivió un hecho histórico que significó un antes y un después en la educación provincial: arrancó formalmente la carrera de Medicina. Un logro conseguido gracias al trabajo mancomunado entre el Gobierno provincial y la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), que demuestra que cuando quienes tienen responsabilidades de gestión trabajan en objetivos comunes, más allá de las diferencias que puedan existir, se pueden conseguir grandes logros para la comunidad en general.

La creación de la carrera de Medicina en Catamarca nace a partir de una iniciativa del Gobierno provincial, en articulación con la Universidad Nacional de Catamarca. Este proyecto comenzó a tomar forma en 2022, a partir de la conformación de una comisión específica que trabajó durante años en la planificación académica, técnica y administrativa necesaria para su implementación.

La carrera de Medicina tiene un alto costo y hasta el lunes solo aquellos que tenían un respaldo económico podían llegar a ella emigrando a otras provincias.

Desde el momento en que se conoció la intención de traer esta propuesta educativa, algo impensado hace algunos años, se generó una gran expectativa en la ciudadanía catamarqueña, en especial en aquellos jóvenes que sueñan con tener futuro vinculado a la medicina y con la vocación de mejorar la salud de sus comprovincianos. El anuncio tocó una fibra profunda en aquellos catamarqueños, sobre todo jóvenes que ven frustrado su sueño de ser médicos por cuestiones económicas. Porque, como es sabido, la carrera de Medicina tiene un alto costo y hasta el lunes solo aquellos que tenían un respaldo económico podían llegar a ella emigrando a otras provincias. Esto no solo significa un sacrificio en términos financieros por parte de los jóvenes y sus familias, sino también afrontar el desarraigo y la lejanía de sus tierras y sus seres queridos.

Esa barrera histórica empezó a romperse el lunes. Un total de 1.037 alumnos iniciaron el cursado del ciclo introductorio con el dictado de los módulos Química y Salud Comunitaria. Con esta decisión, Catamarca empieza a cerrar el ciclo de jóvenes que se reciben y muchas veces no regresan y, a su vez, la falta de profesionales médicos a lo largo y ancho de la provincia. Si bien llevará su tiempo, el paso fundamental ya fue dado.

La apertura de la carrera no solo representa una ampliación en la oferta educativa, pública y para todos. Es una apuesta al arraigo, al desarrollo regional y a una salud más cercana.

No obstante, si bien es destacable el trabajo de la Provincia y la UNCA para materializar la puesta en marcha de la carrera, las responsabilidades de ambos termina ahí. Ahora se debe poner foco en desarrollar estrategias para acompañar a los estudiantes. Porque no se trata solo de habilitar una carrera, sino de sostenerla en el tiempo, brindando contención y condiciones para evitar que los alumnos abandonen por razones económicas, pedagógicas o de otra índole. Llevar adelante una carrera universitaria no depende solamente del esfuerzo individual, también inciden factores externos que muchas veces terminan siendo determinantes.

El trabajo efectivo y mancomunado entre Provincia y UNCA ya dio sus primeros frutos. Toca ahora mantenerlo para que, más pronto que tarde, Catamarca pueda mostrar con orgullo que tiene médicos formados íntegramente en su tierra, trabajando por y para su comunidad.

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