Un ataque provocó la ruptura de una represa e inunda toda la región del sur de Ucrania

Un torrente de agua irrumpió el martes por un enorme agujero en una presa del río Dniéper, que separa las fuerzas rusas de las ucranianas en el sur de Ucrania, inundando una franja de la zona en guerra y obligando a los residentes a huir. Ucrania acusó a Rusia de volar la presa desde dentro en un crimen de guerra deliberado.

Dirigentes regionales designados por Rusia dieron versiones contradictorias, en algunos casos culpando a los bombardeos ucranianos y en otros diciendo que la presa estalló por sí sola. La presa de Nova Kajovka suministra agua a la península ucraniana de Crimea y a la central nuclear de Zaporiyia, ambas bajo control ruso.

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El vasto embalse que hay detrás es uno de los principales accidentes geográficos del sur de Ucrania, con 240 kilómetros de largo y hasta 23 km de ancho. En la llanura aluvial se extiende una franja de campiña. La destrucción de la presa crea un nuevo desastre humanitario en el centro de la zona de guerra y transforma las líneas del frente, justo cuando Ucrania está poniendo en marcha una contraofensiva largamente esperada para expulsar al ejército ruso de su territorio.

Rusia controla la presa desde principios de la guerra, aunque las fuerzas ucranianas recuperaron la orilla norte del río el año pasado. Ambas partes llevan tiempo acusándose mutuamente de planear su destrucción.

«Terroristas rusos. La destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka no hace sino confirmar al mundo entero que deben ser expulsados de todos los rincones de la tierra ucraniana», escribió el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en la aplicación de mensajería Telegram.

Los rusos han «llevado a cabo una detonación interna de las estructuras» de la presa. «Alrededor de 80 asentamientos se encuentran en la zona de inundación», dijo Zelenski en Telegram.

El gobernador de la región ucraniana de Jersón, designado por Rusia, acusó a Kiev de atacar la presa con misiles para desviar la atención de lo que, según él, son los fracasos de la contraofensiva ucraniana en el este del país. Sin embargo, otros dirigentes instalados por Rusia afirmaron que la presa reventó por sí sola debido a daños anteriores. Ninguna de las partes ofreció pruebas inmediatas para demostrar quién es el culpable.

El vasto embalse situado sobre la presa suministra agua dulce a enormes extensiones de tierras agrícolas, incluida la península de Crimea, que Rusia afirma haberse anexionado en 2014. También suministra agua de refrigeración a la mayor central nuclear de Europa, situada en territorio bajo control ruso en la orilla sur.

El organismo de control nuclear de la ONU dijo en la red social Twitter que está siguiendo de cerca la situación, pero que no existe «ningún riesgo inmediato para la seguridad nuclear en la planta».

La corporación estatal rusa de energía nuclear, Rosatom, también afirmó que la rotura de la presa no supone por ahora una amenaza para la central nuclear, añadiendo que está vigilando la situación.

AUMENTO DEL NIVEL DEL AGUA
El nivel del agua en la ciudad inmediatamente adyacente a la presa dañada podría subir hasta 12 metros, dijo en la aplicación de mensajería Telegram su alcalde designado por Rusia, Vladimir Leontyev.

Un vídeo mostraba cómo el agua atravesaba los restos de la presa, de 30 metros de altura y 3,2 km de longitud.

Unas 22.000 personas que viven en 14 asentamientos de la región ucraniana de Jersón, en el sur del país, corren el riesgo de sufrir inundaciones, según la agencia de noticias rusa RIA, que citó al jefe regional nombrado por Moscú. Jersón es una de las cinco regiones, incluida Crimea, que Moscú afirma haberse anexionado.

El gobernador de Crimea, Sergei Aksyonov, respaldado por Rusia, declaró que existe el riesgo de que descienda el nivel de agua del canal de Crimea del Norte, que transporta agua dulce a la península desde el río Dniéper. Crimea tiene suficientes reservas de agua por el momento y el nivel de riesgo se aclarará en los próximos días.

Un dirigente designado por Rusia en la ciudad de Nova Kajovka dijo el martes que los residentes de alrededor de 300 casas habían sido evacuados, informó la agencia de noticias estatal TASS. Afirmó que probablemente será imposible reparar la presa. La ruptura de la presa se produjo cuando Ucrania se prepara para lanzar su tan esperada contraofensiva, para expulsar al ejército ruso del territorio que ha tomado durante más de 15 meses de lucha.

Rusia afirmó haber frustrado otra ofensiva ucraniana en el este de Donetsk y haber infligido grandes pérdidas. Kiev ha mantenido un estricto silencio sobre la contraofensiva, pero ha rechazado las afirmaciones de Rusia de que su ejército ha frustrado los asaltos ucranianos.

Rusia también lanzó una nueva oleada de ataques aéreos nocturnos contra Kiev. Ucrania dijo que sus sistemas de defensa antiaérea derribaron más de 20 misiles de crucero en su aproximación a la capital ucraniana.

El distrito de Shebekino, en la región rusa de Belgorod, cerca de la frontera con Ucrania, fue bombardeado de nuevo el martes, según informaron las autoridades locales, que instaron a los residentes a ponerse a cubierto. Combatientes rusos opuestos al Kremlin con base en Ucrania afirman haberse infiltrado en la zona, apoderándose de pueblos cercanos a la frontera.

Los servicios de inteligencia militar ucranianos afirmaron en Telegram que las fuerzas rusas han volado la presa «llevadas del pánico», en lo que calificó de «evidente acto de terrorismo y crimen de guerra, que será presentado como prueba en un tribunal internacional».

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, mantendrá una reunión de emergencia sobre la explosión de la presa, según informó el martes en la red social Twitter el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov.

ATAQUES UCRANIANOS
El presidente ruso, Vladimir Putin, envió soldados a Ucrania el 24 de febrero del año pasado en lo que el Kremlin esperaba que fuera una operación rápida, pero sus fuerzas sufrieron una serie de derrotas y se reagruparon en el este del país.

Decenas de miles de soldados rusos se atrincheraron durante el invierno, asediando Bajmut durante meses y preparándose para un esperado contraataque ucraniano.

Las autoridades ucranianas no han hecho mención a ninguna nueva campaña amplia y significativa, aunque en su discurso nocturno del lunes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se mostró enigmático, alabando «las noticias que estábamos esperando» y los avances en la ciudad de Bajmut, en la región de Donetsk.

Rusia afirma haber frustrado un importante ataque ucraniano en la región de Donetsk durante el fin de semana. Su Ministerio de Defensa declaró el martes que se ha repelido un nuevo asalto ucraniano.El líder del grupo mercenario ruso Wagner, Yevgeny Prigozhin, dijo en un mensaje en Telegram que las afirmaciones de Moscú sobre enormes pérdidas ucranianas son «simplemente ciencia ficción salvaje y absurda».

Fuente: Reuters

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