EDITORIAL
En las últimas horas se han conocido dos escritos que alertan sobre los riesgos que corren los trabajadores de prensa…
En las últimas horas se han conocido dos escritos que alertan sobre los riesgos que corren los trabajadores de prensa en la Argentina. Uno ha sido producido por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) y el otro por el Foro de Periodismo Argentino (Fopea).
El informe de Adepa detalló las principales situaciones que afectan el ejercicio periodístico en la Argentina. Mencionó, como principal alarma, las graves amenazas a periodistas y medios que se reiteran desde hace varios años, pero recrudecieron en el último mes, en la ciudad de Rosario. La mayoría de esas amenazas la sufren los periodistas de Rosario, pero también últimamente algunos de medios de alcance nacional, como Nelson Castro (TN) y Alejandro Pueblas (A24).
“El homicidio de José Luis Cabezas, el 25 de enero de 1997, trazó un límite que nunca más fue cruzado. Esa línea fue trazada, primero, por un periodismo unido detrás de esa causa y remarcada luego por toda la sociedad. Desde entonces, no hubo que lamentar el asesinato de ningún otro periodista argentino por ejercer su oficio. Esto nos diferencia de buena parte de los países de nuestra región en los que el asesinato de periodistas es habitual. El aumento feroz de la violencia criminal en Rosario en las últimas semanas nos acerca a esa frontera no traspasada desde hace más de un cuarto de siglo”, expresa el documento de Adepa.
También alude a los numerosos ataques a periodistas en manifestaciones públicas producidos por las fuerzas de seguridad. Muchos trabajadores de prensa recibieron heridas de bala de goma y los efectos de gas pimienta.
Otro aspecto señalado por Adepa se refiere a los daños que la violencia verbal le causa a la libertad de prensa, la mayoría de ellos proferidos por funcionarios públicos.
Fopea, por su parte, denunció que desde la asunción de Javier Milei se registraron por lo menos 37 ataques a la prensa, de los cuales, 15 provinieron por parte del mandatario y sus funcionarios. “En el tiempo que lleva la gestión nacional, cuatro de cada 10 agresiones a la prensa tuvieron como protagonistas al presidente o a sus ministros”, indica el documento titulado ‘Monitoreo de Libertad de Expresión’”.
Como nunca en muchos años, la tarea periodística se ve amenazada. Las intimidaciones narcos son de una gravedad inusitada y son preocupantes también las agresiones represivas de las fuerzas de seguridad. Pero a ellas se agregan, como fenómeno más novedoso, las agresiones motorizadas a través de las redes sociales. Es de esperar que las voces autorizadas de Adepa, Fopea y también de los gremios que representan a los trabajadores de prensa, sirvan para ponerle un límite a esta escalada de violencia contra los periodistas.
