Ocho años después fueron condenados los culpables por el crimen de «Puchi» Apaza

EL JUICIO POR EL SANGRIENTO AJUSTE DE CUENTAS LLEGÓ A SU FIN
Los hermanos José y Javier Gordillo recibieron la prisión perpetua y fueron trasladados al Servicio Penitenciario Provincial. Hubo cinco absoluciones. Se registraron incidentes.
Más de ocho años tuvieron que pasar para que los deudos de Miguel Ángel «Puchi» Apaza pudieran tener una respuesta de la justicia local. Muy atrás en el tiempo quedó aquella madrugada del 7 de octubre de 2015 cuando Apaza -un salteño que vivía hace 20 años en la provincia- fue acribillado a balazos en el marco de un ajuste de cuentas a causa del robo de una moto. La familia de «Puchi» lo desmiente, para ellos no hubo ajuste de cuentas y jamás estuvo involucrado en el submundo del robo de las motos.

En forma unánime, los jueces de la Cámara de Sentencia en lo Criminal N° 1 Fernando Esteban, Mauricio Navarro Foressi y Miguel Lozano Gilyam fallaron en consonancia con lo pedido minutos antes por el fiscal Alejandro Dalla Lasta: prisión perpetua para los hermanos José Daniel y Javier Pío Gordillo y el inmediato traslado al Servicio Penitenciario Provincial (SPP) para ambos.

Dalla Lasta también había pedido la absolución para el resto de los involucrados en el homicidio: Cristian Gausto y Ramón «Coludo» Soria -considerados coautores del homicidio doblemente calificado-, Cristian Espinoza y Heber Santos (ambos considerados partícipes necesarios) y Brian Juárez, sospechado de haber ocultado las armas con las que los hermanos habían asesinado a Apaza.

Por su parte Juan Carlos Encinas fue condenado a 1 año y 2 meses de prisión efectiva porque fue quien ocultó la motocicleta que le habían robado al clan Gordillo.

Para mantener la acusación contra los hermanos, Dalla Lasta se basó en el testimonio de «Chelín» Córdoba, quien había manifestado que escuchó los disparos y vio que «Javi» manejaba una de las motos que escapaba hacia el norte por la ex-Pista. También se refirió a un testigo de apellido Reyes, quien dijo que estaba en el taller de Heber Santos y que «Daniel» Gordillo le dijo que «no importaba si tenía que volver al Servicio Penitenciario porque ahí estaba mejor que afuera». También destacó la declaración de Espinoza, quien señaló que los hermanos Gordillo fueron a amenazarlo a su casa para que le dijeran en dónde estaba Apaza.

«Una causa altamente complicada», la definió el representante de la Fiscalía.

A su turno, Roberto Mazzucco, defensor de los Gordillo, cuestionó duramente al fiscal ya que sostenía que el «afán era acusar como sea». Cuestionó que no había pruebas directas contra sus clientes y que sus declaraciones no fueron tenidas en cuenta por la fiscalía.

José Gordillo había dicho que la madrugada del crimen estaba en su casa con un amigo fumando marihuana. En tanto que Javier dijo que había viajado a Neuquén para vender ropa que había comprado en Bolivia.

«Se está condenando a dos personas en base a indicios que no son suficientes y por un par de declaraciones testimoniales que ni siquiera son concomitantes. Pidió que sean absueltos por el beneficio de la duda y se negó a la detención inmediata, ya que señaló que los dos se presentaron a todas las audiencias y no hay riesgo de fuga.

El veredicto del tribunal se conoció a las 12.20. En las afueras, familiares de Gordillo se manifestaron en contra del fallo y arrojaron piedras contra la policía. Los condenados finalmente fueron llevados en la combi del SPP. Ambos habían llegado en libertad al juicio tras el vencimiento de la prisión preventiva en junio de 2018.

Investigación
El fiscal Dalla Lasta solicitó que se abra una investigación ante la presunta comisión de asociación ilícita en el marco del robo de motos, cuyos detalles de este submundo salieron a la luz durante el juicio. El Tribunal hizo lugar a la solicitud.

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