Lula distribuirá hasta el año 2026 garrafas gratis a 20 millones de familias

Programa «Gas para todos»
La medida brasileña contrasta con la desregulación del precio de la garrafa en Argentina, que la torna de muy difícil acceso para las familias más pobres.

El Gobierno brasileño anunció que distribuirá garrafas de gas a 20 millones de familias con bajos ingresos de aquí a 2026, dentro del programa Gas para Todos, que sustituirá a la actual Ayuda al Gas, y contará con un presupuesto de 13.600 millones de reales (2.500 millones de dólares) cuando esté totalmente implantado. El nuevo programa fue aprobado el lunes por el Consejo Nacional de Política Energética (CNPE), con la participación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El importe de las garrafas será fijado por la estatal Agencia Nacional del Gas y Petróleo (ANP) en función de los precios de cada región y con un tope máximo. La agencia deberá acreditar a las comercializadoras de gas que voluntariamente quieran formar parte del programa. Serán estas empresas las que podrán vender las garrafas a los destinatarios.

El foco son las familias con renta igual o inferior a un salario mínimo. Según dijo el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, el dinero recibido por las familias beneficiarias de la Ayuda para el Gas suele destinarse a otros fines, ya que se distribuye junto con la Bolsa Familia. Los beneficiarios recibirán el dinero según la cantidad estipulada por la ANP, que estudiará los precios en la región donde vive la familia y tendrá en cuenta, según Silveira, la mejor relación coste-beneficio posible.

El nuevo programa empezará a funcionar en enero de 2025 y se implantará de forma gradual, inicialmente con un coste de unos 5.000 millones de reales (unos 1.000 millones de dólares) al año, similar al de las ayudas actuales.

Según el ministro, el proyecto será posible con recursos del petróleo y será el «mayor programa de acceso a cocinas limpias del mundo». Tanto Silveira como Lula criticaron el precio actual de las garrafas de gas y dijeron que la medida pretende reducir este coste.

«Cuando decidimos hacer una política de gas, es porque el gas, hoy, tiene que ser un instrumento en la canasta básica del pueblo brasileño, que muchas veces no puede comprar la garrafa», dijo Lula.

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