«Lo alcanzó la justicia y la justicia no es venganza»

 SEGÚN EL FISCAL DE CÁMARA AUGUSTO BARROS

No obstante, Silvia Barrientos, la querellante, adelantó que se intentará casar la imputación de “corrupción de menores”.Al cierre de la audiencia condenatoria para el sacerdote Renato Rasgido, los representantes del Ministerio Público Fiscal y la querella se unieron en abrazo. Se acompañaron en un largo proceso y debieron trabajar como un equipo para sostener la acusación contra el cura condenado por abuso sexual eclesiástico. Si bien ambas partes solicitaron la inmediata detención y una pena de 24 años de prisión, el Tribunal hizo lugar de manera parcial. Rasgido llegó imputado por cuatro hechos, dos de “abuso sexual simple agravado en concurso ideal con corrupción de menores” y dos hechos de “abuso sexual con acceso carnal agravado en concurso ideal con corrupción de menores”, todos los hechos “agravados por su condición de ministro de un culto religioso”. El fiscal de Cámara Augusto Barros mantuvo la acusación y pidió los 24 años de condena. Silvia Barrientos, abogada de la querella, adhirió al planteo del Ministerio Público Fiscal. Por pedido de la defensa –representada por el abogado del foro local Luciano Rojas-, el cura fue absuelto por el delito de “corrupción de menores”. El defensor también había solicitado que mantuviera la libertad hasta que la sentencia adquiera firmeza. Aunque Rasgido fue declarado culpable, mantiene su libertad hasta tanto la sentencia quede firme. Sin embargo, deberá cumplir pautas de conducta. De acuerdo con los plazos procesales de rigor, en dos semanas, la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Segunda Nominación dará a conocer los fundamentos. La abogada de la querella adelantó que se presentará un recurso de casación por la imputación “corrupción de menores”. Rasgido fue absuelto al respecto. “Hubo una clara circunstancia”, consideró.

En tanto que el fiscal de Cámara Barros, consultado por El Ancasti, indicó que no va a casar el monto de la pena. “Lo alcanzó la justicia y la justicia no es venganza. Justicia es reparar el daño causado”, consideró.

La causa del cura Renato Rasgido bien podría encuadrarse en un caso de abuso sexual en la infancia (ASI). Este tipo de ultrajes es una de las formas más extremas de violencia que niños, niñas y adolescentes pueden sufrir. No obstante, el dato más importante que advierten los profesionales en esta temática es que en la gran mayoría de los casos se trata de abusos sexuales cuyos agresores son conocidos de la víctima. En este caso, Rasgido era el cura párroco de Andalgalá. Por ello, se agravaron los cuatro hechos imputador “por su condición de ministro de un culto religioso”.

“Se conocen las palabras legales. El agravante, en este caso, es para una persona que tiene muchas más obligaciones y responsabilidad de cuidar que las personas comunes”, indicó Liliana Rodríguez, psicóloga de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales Eclesiásticos.

Además, sostuvo que en muchos lugares, el sacerdote generalmente suele tener características carismáticas, va a todos los actos, es una persona muy conocida y va atrapando a la víctima y, a la vez, es considerado como el representante de Dios en la tierra. “Cómo pensar que esa persona es quien está abusando de un niño de 13 años. Entra en el terreno de lo impensable por lo doloroso. Hablamos del representante de una institución que debe proteger y cuidar. No sólo le robó la infancia a un niño sino que además estafó la confianza de una familia. La familia es una víctima; fue traicionada en su confianza y también en una comunidad”, recalcó.

 

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