Le robaron la jubilación y hasta una bolsa con azúcar en un colectivo urbano

EN PLENO CENTRO DE LA CAPITAL
El hecho sucedió entre la calle Chacabuco y Avenida Belgrano. Se radicó la denuncia a la empresa que tiene a cargo la línea 104.

Una jubilada con importantes problemas de salud que afectan su movilidad, denunció a la empresa que tiene a cargo la línea de colectivos urbanos 104, por la forma en que fue tratada por el chofer de la unidad, las condiciones en las que viajó y el robo que sufrió dentro del micro, tras recorrer cerca de siete cuadras en pleno centro de la ciudad.

La mujer, de apellido Morales, explicó que tras cobrar su jubilación –que felizmente vino con un bono y el monto que percibió fue de casi 200 mil pesos-, realizó unas compras del mes y le quedaron $90 mil.

El lunes 1 de marzo a la mañana subió a un colectivo 104 en la parada de calle Salta, entre Chacabuco y San Martín. Llevaba una bolsa de tela ecológica, de esas que se compra en los supermercados y adentro, sus anteojos recetados, un kilo de azúcar y un monedero con los $90mil.

Explicó que por su problema de movilidad pagó el viaje con la SUBE y se quedó adelante, a un costado y de pie en el pasillo, esperando llegar a su destino, en inmediaciones de Salta y Belgrano.

A la mitad del recorrido de esas siete cuadras el colectivo se llenó de gente.

“El chofer, de mal carácter, pidió a todos que nos corramos para atrás. Le expliqué lo complicado que me resulta caminar y moverme en un pasillo de colectivo repleto de personas pero se negó a dejarme bajar por la puerta de adelante, como siempre se hace”, relató.

Dijo que como pudo se fue corriendo hacia el fondo del micro hasta llegar a la puerta y poder tocar el timbre casi ya, en el lugar de la parada de destino.

“El chofer se detuvo. Bajé y fui a mi casa que queda cerca. No daba más del calor y cuando llegué me di cuenta que me habían sacado las cosas, documentos, tarjetas de banco, mi teléfono celular, anteojos y hasta el azúcar. Entonces volví a la parada y esperé hasta que llegó el mismo colectivo que había tomado. Le pedí al chofer que me dé el número de teléfono de la empresa y me contestó, ‘no, porque tenemos prohibido darlo’. Muy mal me trató, totalmente irrespetuoso. Cuando se habló de cámaras de seguridad se rió y bromeó: ‘Acá ni las ruedas del colectivo tienen cámaras’. Todo un desubicado”, agregó.

Continuando con su relato, informó que radicó la denuncia penal que luego fue girada al fiscal de turno Laureano Palacios y finalizó: “Ahí me di cuenta que las empresas de colectivos nos tratan como animales, por como viajamos y cómo nos responden algunos choferes. Por eso los denuncié, y para advertirle a los demás pasajeros que tengan cuidado. Es la primera vez que me roban dentro de un colectivo en muchísimos años que ando en Catamarca. Gracias a dios tengo amigos que ofrecieron ayudarme para poder vivir lo que queda del mes”.

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