La vacancia radical

El mirador politico
El incierto desenlace de la interna en la Unión Cívica Radical condiciona las tratativas en todo el arco opositor ajeno a La Libertad Avanza rumbo a las elecciones de octubre. Aunque nadie destape sus naipes, las conversaciones para tratar de parar una alianza que rompa la polarización entre el oficialismo provincial y las terminales locales de Karina Milei son febriles.

Libertarios disidentes referenciados en la vicepresidenta Victoria Villarruel, el sector del diputado Hugo “Grillo” Ávila, la Coalición Cívica del exdiputado nacional Rubén Manzi, schiarettistas… Son varios los interesados en evitar que los libertarios, capturados ya a los radicales “peluca” Tiago Puente y Francisco Monti, se afiancen como principal oposición al Gobierno de cara a 2027.

Pero los radicales se enredaron en una disputa intestina grotesca, que se embarbascó en ardides reglamentarios y planteos judiciales.

El partido que gobernó durante dos décadas la Provincia y fue eje de cualquier dispositivo opositor desde 2011 se desangra coqueteando con la eutanasia política y enfrenta la posibilidad cierta de quedar fuera de carrera: el jueves se vence el plazo para presentar alianzas y el 17 de agosto hay que poner los candidatos en la cancha.

Manejada por el sector oficialista que encabeza el presidente del partido, Luis Fadel, la Junta Electoral volteó la lista orientada por el senador nacional Flavio Fama.

La interna para definir las candidaturas debería celebrarse hoy, con lista única, pero el bando de Fama llevó sus reclamos a la Justicia Federal y el litigio está trabado.

Proyecciones universitarias

Detrás de escena, se trata de otro round de la pelea entre Fama, senador nacional pero sobre todo ex rector de la UNCA, y su sucesor en la casa de altos estudios, Oscar Arellano.

Arellano impuso a la diputada Alicia Paz, brizuelista residual, para que secunde en la lista de candidatos a diputados provinciales a Fadel, castillista también residual y presidente del partido.

Para cumplir este cometido, el esquema tuvo que desplazar a la diputada “famista” Silvana Carrizo.

La virulencia de la reyerta revela las modestas aspiraciones radicales.

Los protagonistas del duelo se aferran a la posibilidad de blindar sus reelecciones y abdican de la vocación de poder. No esperan dar vuelta el resultado de 2023, donde los libertarios los desplazaron al tercer puesto y les arrebataron cinco escaños en la Cámara baja. El horizonte de las principales figuras del radicalismo local no supera la dieta parlamentaria.

Desde esta derrotista perspectiva, tanto empeño por el primer y segundo puesto de la nómina de diputados es comprensible. En las eventuales alianzas con otros sectores algunos tendrían que descender de casillero.

Pero el “famismo”, numereado en la Junta Electoral, primereado por Monti y Puente para desembarcar en La Libertad Avanza, opera sobre la Justicia Electoral a fondo y los candidatos radicales podrían ser impugnados por haber surgido de una interna ilegítima.

Al límite

¿Podría el sello de la UCR quedar fuera de las elecciones? Gran pregunta.

Si los radicales no resuelven sus cuitas antes de que se venzan los plazos electorales, el partido quedará muy expuesto a maniobras judiciales.

El veterano dirigente Enrique Sir atribuyó la crisis a la irrupción de un sector encabezado por “el presidente Fadel, el expresidente Marchioli y un dirigente que aparece de la nada como el rector Oscar Arellano”.

Error: Arellano no “aparece de la nada”. Viene de ganar su reelección como rector de la UNCA y pretende seguir el camino que transitaron antes, desde el mismo puesto, Eduardo Brizuela del Moral y el propio Fama.

Sin embargo, sus planes podrían verse obstaculizados por carencia de partido operativo en el futuro. Y el presupuesto de la UNCA, tercero de la Provincia, podría resultar insuficiente para albergar la cantidad de huérfanos que dejaría la guerra boinablanca.

Vacío

En octubre se librará una gran contienda por la organización del arco opositor frente a un oficialismo sólidamente enfilado tras el acuerdo entre el gobernador Raúl Jalil, el intendente capitalino Gustavo Saadi y la senadora nacional Lucía Corpacci.

La estrafalaria gestión de la interna fragilizó a la UCR para ser la “columna vertebral” –según dijo la diputada Paz- de un armado que restrinja y revierta la fuga de votos desde lo que fue Juntos por el Cambio hacia La Libertad Avanza. Puente y Monti operan como agentes de esa transfusión.

Las cosas podrían ser todavía peores.

Ninguno de los radicales envueltos en la riña por las reelecciones quiere confrontarse con una hipótesis terminal: que el resto de los sectores ajenos al fundamentalismo mileísta consiga conformar una oferta que deje a la UCR cuarta, si es que corre. Ni que hablar si ese diseño llegara a superar, aunque sea por el hocico, al sello libertario.

Los administradores de la franquicia libertaria catamarqueña han desarrollado una política expulsiva que hizo estallar la alianza que salió segunda en 2023, 30 puntos por debajo del Gobierno y con Javier Milei a la cabeza de la boleta.

La Libertad Avanza es el único sello partidario que todavía tracciona, pero hay elementos que inducen dudas sobre la solvencia de tal empuje. Todas las elecciones provinciales que se realizaron hasta ahora estuvieron signadas por un fuerte ausentismo, de entre el 45 y el 50%. En 2023, el segundo puesto catamarqueño fue cubierto por el voto en blanco.

Los electores no parecen muy desesperados por votar.

En ese contexto conviene evaluar la vacante que deja en el teatro político provincial el colapso del radicalismo.

Los intendentes boinablancas atenderán sus propios juegos para evitar que el fenómeno “peluca” se les filtre, independientemente de las decisiones que tome el partido. Proliferan los partidos municipales para el juego autónomo.

Las facciones de la UCR aún están a tiempo de acordar un armisticio y sortear la ciénaga judicial. Si no lo logran, habrá que ver si los otros contendientes diseñan algo o concurren dispersos.

Cinco días y contando. El reloj se acelera hacia el jueves 7 de agosto.

Para compartir: