BUENAS NOTICIAS PARA SCALONI DE CARA AL PARTIDO CON CROACIA
Ambos podrían ser de la partida en el duelo del martes ante Croacia. Scaloni, sin embargo, tiene dudas para conformar el equipo que saltará al campo de juego porque podría cambiar el esquema.
La Selección argentina se volvió a entrenar ayer de cara a las semifinales del Mundial de Qatar 2022 frente a Croacia, con buenas noticias por las evoluciones físicas de Rodrigo De Paul y Ángel Di María.
El director técnico del seleccionado, Lionel Scaloni, recibió buenas noticias tras la práctica que se llevó a cabo en el predio de la Universidad de Qatar: tanto De Paul como Di María se recuperan de sus molestias y podrían ser de la partida en el duelo del martes a las 16 (hora argentina).
«Fideo», que se perdió el partido con Australia y disputó 10 minutos en el alargue ante Países Bajos a raíz de una molestia en el muslo de su pierna izquierda, comenzó los trabajos a la par de sus compañeros y luego llevó a cabo ejercicios tácticos.
De Paul, por su parte, fue titular en cuartos de final pese a una dolencia muscular y, aunque fue reemplazado en el complemento del encuentro, su estado es óptimo y el DT podrá contar con el mediocampista desde el arranque en el choque con Croacia.
No obstante, Scaloni mantiene dudas para conformar el equipo que saltará al campo de juego en 48 horas, dado que el regreso de Di María podría significar la salida del marcador central Lisandro Martínez y el consecuente cambio de esquema.
Además, quien tiene chances de volver al once es Leandro Paredes, que también es una opción para reemplazar al defensor o incluso podría entrar por Enzo Fernández, debido a que el jugador de Benfica no estuvo cómodo a la hora de desempeñarse como volante de contención frente a Países Bajos.
Las ausencias obligadas para Argentina serán las de los laterales Marcos Acuña y Gonzalo Montiel por acumulación de amarillas, por lo que en la derecha estará nuevamente Nahuel Molina y en la izquierda será el turno de Nicolás Tagliafico.
De esta manera, el equipo sería el siguiente: Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández o Leandro Paredes, Alexis Mac Allister; Ángel Di María o Lisandro Martínez, Lionel Messi y Julián Álvarez.
Sabe hacerse respetar
La Selección argentina logró meterse en semifinales del Mundial de Qatar 2022 tras superar todos los obstáculos que se le pusieron en el camino a partir de su juego, que llevó a alcanzar un invicto de 36 partidos en el recorrido previo, pero también de un carácter que apareció en todo su esplendor y fue clave para sostener la ilusión en la máxima cita del fútbol.
Primero tuvo que sortear el inicial y sorpresivo escollo que se le presentó en la Copa del Mundo con la derrota en el debut ante Arabia Saudita, que despertó una serie de críticas exprés que parecían guardadas al alcance de la mano, a la espera del primer traspié en mucho tiempo.
Sin embargo, tanto los jugadores como el cuerpo técnico supieron reponerse y esquivar los dardos, que fueron eligiendo un nuevo destinatario según las circunstancias: desde el DT hasta Rodrigo De Paul, uno de los mejores jugadores argentinos en todo el proceso al que no se le perdonó un partido y medio de bajo nivel.
El mediocampista quedó en el centro de los cuestionamientos y respondió donde debía responder, en el campo de juego, al recuperar el rendimiento que lo llevó a convertirse en el motor del equipo.
Así como a De Paul, también le tocó a Lautaro Martínez. Al delantero, segundo goleador de la Selección en la era Scaloni, no se le abrió el arco en el Mundial y hasta perdió el puesto a manos de Álvarez, pero no dudó a la hora de definir la serie por penales frente a Países Bajos.
Argentina enderezó el barco después de ganarle a México -otro rival que habló y mucho antes de tiempo- y no se dejó doblegar por las críticas de propios y extraños. Paso a paso, avanzó con la confianza de un equipo que sabe lo que puede conseguir por más que el fútbol sea un deporte impredecible.
Y llegó a cuartos ante Países Bajos, en un encuentro que casi se escapa a segundos de concretar la clasificación. Otra vez apareció el coraje para dejar atrás el sinsabor y pensar en el alargue -donde mereció ganar- y los penales.
A las provocaciones del adversario, que empezaron mucho antes del partido, les llegó la respuesta: la eliminación del Mundial y las cargadas como desahogo.
Argentina tiene un arquero que saca captura de pantalla a las declaraciones que le tocan el orgullo, después ataja dos penales, baila en la celebración y les dice todo en la cara a los rivales cuando se consuma el pasaje a semis. La locura del «Dibu» Martínez lo hace ser lo que es y estar donde está pese a los detractores que esperan agazapados para polemizar por sus actitudes.
Y si algo le faltaba a la Selección era un Lionel Messi que se enojara como cualquier ser humano para marcar los límites. Una asistencia magistral, un gol de penal y otro en la tanda para meterse entre los cuatro mejores seleccionados del Mundo.
Argentina tiene claro el objetivo pero también el camino. Eso se debe a que los líderes, ya sea Scaloni, Messi u otros experimentados como Nicolás Otamendi o Ángel Di María, saben marcarlo. Primero ganar, después cobrarse el vuelto. Jugar con valentía y defenderse unos a otros donde toque hacerlo. Le guste a quien le guste, la Selección es un equipo que sabe hacerse respetar. Y de guapos no la van a derrotar.

