La estrategia de los funcionarios importados

Un sector de la oposición ha encontrado en la importación de funcionarios de jurisdicciones ajenas un modo eficaz de hacer campaña
Un sector de la oposición ha encontrado en la importación de funcionarios de jurisdicciones ajenas un modo eficaz de hacer campaña. No solo critican al Gobierno provincial por lo que consideran errores o falencias en la gestión, sino que intentan exhibir un modelo de gestión superador gestado, como se dijo, en distrito gobernado por aliados. Es lo que viene haciendo el sector que encabeza como precandidato a gobernador Rubén Manzi, que en el voto va con Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales como fórmula presidencial. En ese sentido, corre con ventaja respecto de Flavio Fama y compañía, cuyos referentes presidenciales –Patricia Bullrich y Luis Petri- no tienen cargos ejecutivos y por ende nada para mostrar en la actualidad como experiencia de gestión.

Desde que se inició la campaña visitaron Catamarca para reforzar la campaña de Manzi el propio Rodríguez Larreta, el gobernador jujeño Gerardo Morales y los ministros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Soledad Acuña (Educación) y Fernán Quirós (Salud). Los funcionarios del PRO cumplieron con el cometido de fustigar la gestión provincial sin tapujos. Morales, en cambio, que comparte con Raúl Jalil la Mesa del Litio, optó por eludir la crítica mordaz.

La opinión respecto de si esta importación de funcionarios es efectiva como estrategia de campaña dependerá de la perspectiva política del análisis. Para Juntos por el Cambio sí, porque a las críticas se les opone un modelo de gestión. Para el oficialismo no, porque los modelos de gestión que la oposición ostenta presentan flancos muy vulnerables que terminan provocando que la estrategia se vuelva contraproducente.

Morales llegó a Catamarca en el peor momento de su gestión como gobernador, cargo que ocupa desde hace casi 8 años. Es fuertemente cuestionado por su reforma constitucional aprobada a las apuradas y por la represión desatada contra expresiones de la protesta social en su provincia.

En el caso de la ministra de Educación de CABA, su relación con los gremios docentes es pésima, pero ha sumado últimamente la confrontación con las cooperadoras escolares. Su gestión es fustigada también por el mal estado de las escuelas en el distrito más rico del país, por la subejecución presupuestaria, por el cierre de profesorados y postítulos, por recortes en los programas educativos, por irregularidades en las viandas escolares y en el mantenimiento de la infraestructura escolares, entre otros cuestionamientos.

El ministro Quirós tiene mejor imagen y sin dudas una gestión más eficiente que la de Acuña. Pero no lo ayudan los antecedentes de la gestión de Salud del gobierno de Mauricio Macri, en el que no solamente se desjerarquizó el ministerio convirtiéndolo en secretaría, sino que además hubo fuertes recortes presupuestarios con el consiguiente desfinanciamiento de importantes programas de prevención y de asistencia con medicamentos a los sectores vulnerables.

De todos modos debe reconocérsele a la oposición que mantiene la iniciativa del debate. Con los funcionarios importados instala temas y el oficialismo solo responde y no siempre con argumentos contundentes. En el caso de Educación hubo varias reacciones, pero en el tema salud, sobre el que Juntos por el Cambio viene haciendo referencia casi a diario, casi no hubo el martes, día en que brindó la conferencia de prensa Quirós, voces cercanas al gobierno que salieran al cruce. Solo la exministra Claudia Palladino recogió el guante, defendiendo la gestión de salud provincial y criticando al de CABA. Poco para ataques tan vehementes.

Fuente: El Ancasti

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