La Educación en crisis: análisis y propuestas para mejorar nuestro sistema

Opinión
Por Juan José Sánchez (*)

El ciclo lectivo 2025 en Catamarca comenzó el pasado miércoles 5 de marzo. El gobernador y el ministro de Educación, Dr. Dalmacio Mera, dieron el inicio oficial con discursos en la Escuela José Cubas de Valle Viejo. El discurso del Dr. Mera destacó por su sinceridad y visión de futuro, abordando los desafíos de la educación más allá del presente. Esto es especialmente valioso, considerando que los gobiernos suelen planificar a corto plazo, mientras que las corporaciones globales lo hacen a largo plazo, de hasta 50 años

Reflexiono aquí sobre mi experiencia como director de Información y Evaluación de la Calidad del Sistema Educativo (2016-2019). En ese momento, creía haber contribuido a la creación de políticas públicas que abordaban las necesidades del sistema educativo y promovían su transformación. Sin embargo, cinco años después, siento que me encuentro en el mismo punto de partida, y me pregunto qué ha pasado. Reconozco que la pandemia ha sido un factor importante, pero implícitamente intuyo que la inercia del sistema ha impedido el avance de los cambios que estaban en marcha.

La Educación está en crisis en casi todo el mundo. La institución “escuela” está en crisis desde hace mucho tiempo. Más precisamente, desde que la sociedad industrial entró en crisis por la irrupción de las tecnologías de información y comunicación, y la financiarización de la vida. Hay un viejo meme de un orangután en un zoológico que dice: “Justo cuando me aprendí todas las respuestas, me cambiaron todas las preguntas”. Eso le pasó a la escuela: cuando había aprendido a formar trabajadoras y trabajadores industriales, cuando había estandarizado las formas y los contenidos, y había desarrollado las líneas de producción graduada para los alumnos, llega la revolución neoliberal con la explosión de la acumulación financiera: consumirnos el futuro en la re-producción de vidas endeudadas.El consenso predominante sugiere que, en la actualidad, el mundo no prioriza la producción, sino que busca consumidores dispuestos a gastar, comprometiendo su estabilidad financiera futura. Esto se logra a través de la explotación de sus datos personales y singularidades en el entorno virtual de las redes cibernéticas, donde la reproducción y el consumo se perpetúan de manera infinita. Todo está en crisis, mucho más la educación.

¿QUÉ LE PASÓ A LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS?

El Sistema Educativo no es «natural». Es una construcción social. Dicho esto, tenemos que decir que la Escuela Primaria funciona sola. Es un mecanismo fuertemente institucionalizado. No importa quién esté en el gobierno,funciona desde hace 200 años (como si funcionara desdesiempre). La escuela primaria nació con la marca de origen de integrar a las personas a la vida ciudadana de la naciente Nación Argentina.Nació para hacernos ciudadanos “civilizados”. A sacarnos de la barbarie.Y sigue haciendo eso, bien o mal, el 100% de los argentinos sigue pasando por la escuela primaria para eso.La patria necesitaba unificar el idioma y la cultura, luego del triple genocidio (del indio, del negro y del gaucho) y las oleadas de inmigrantes europeos.Si bien la alfabetización fue un objetivo central en la escuela primarias del siglo XIX y comienzos del XX, rápidamente toda la escuela primaria se orientó a inculcarnos el ser nacional, los valores y los conocimientos útiles necesarios para la vida civilizada.

El hecho de que la escuela primaria funcione sola es una garantía de continuidad. Nos dice que, a pesar de malos gobiernos, los docentes van a estar ahí, las y los directores van a abrir la escuela, las familias van a querer que sus hijos asistan a la escuela. Pero esta marca institucional tan fuerte es también un desafío para las fuerzas contrainstituyentes necesarias para producir las transformaciones necesarias a esta nueva época.

¿Cuáles son esas transformaciones? Las evaluaciones estandarizadas (como las pruebas APRENDER), que evalúan el sistema educativo por sus resultados (no evalúa conocimientos, sino el sistema en su conjunto), muestra evidenciasde que hay que renovar los esfuerzos de alfabetización. La inercia del quehacer docente se fue centrando más en las formas, en la burocracia escolar, en el sostenimiento de la institución, y olvidando el verdadero sentido de la escuela primaria: la formación de las niñas y niños, en donde la capacidad lectoescritora es fundamental. Pero la otra cosa que dicen las evaluaciones es que nuestros niños y niñas han perdido la capacidad de cuestionar y cuestionarse. Digo que “han perdido” porque lo primero que hace un bebé al descubrir el mundo es preguntarse por las cosas y los hechos. Los niños y las niñas del nivel primario tienen que recuperar la capacidad de pensar. Tenemos que “aprender a pensar”. Muchos años de “memorística”, de aprender de memoria, hicieron que nos olvidáramos de la capacidad fundamental de cuestionarnos más allá de lo que recordamos. Esa es una de las razones por las que los alumnos de 3° y 6° grado no pueden contestar adecuadamente las evaluaciones estandarizadas: no saben jugar el juego de la evaluación, no saben cuestionarse y pensar resoluciones, más allá de responder una pregunta de memoria. Todo esto se le suma el desafío de dar respuesta a las necesidades de cuidado que ya no puede brindar la familia: la escolarización desde el nivel inicial y la jornada extendida (y hasta la doble jornada). Esta sobrecarga del sistema podría compensarse, al menos en parte, por la disminución de la matrícula que se genera al caer la tasa de natalidad. Y precisamente, frente a la necesidad de reorganización de secciones, porque hay divisiones que quedan sin alumnos, la propuesta que se había hecho en el 2019 era la de implementar “parejas pedagógicas” y terminar de integrar los gabinetes pedagógicos, cualificando su trabajo. Menos aulas y más gabinetes, con personal que vaya al encuentro de alumnos y familias.

No se trata de inventar nada, mucho de lo que hay que aplicar ya está en la ley de Educación Nacional. No es necesario traer nuevas teorías de dudosa reputación. Parafraseando la ley, las capacidades fundamentales en las que deben formarse las y los alumnos son: COMUNICACIÓN; COOPERACIÓN (TRABAJO EN EQUIPO); CREATIVIDAD (PENSAMIENTO CRÍTICO); AUTOCONOCIMIENTO; RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS; yAPRENDER A APRENDER. Nada dice de poder repetir un contenido de memoria, ni de educar las emociones para convertirse en fuerza laboral obediente.

En particular, deberíamos reflexionar sobre la capacidad de COOPERACIÓN. En efecto, tanto en los discursos del ministro de educación como en el del gobernador, pusieron el acento en la capacidad de “competir”, y la preocupación por que las y los catamarqueños puedan competir en un mundo laboral cada vez más “competitivo” (“estamos compitiendo con trabajadores de otros países”). Incluso se repite a menudo la frase de que frente a los cambios “sobrevive el que se adapta” (tomando la definición de Charles Darwin, de la frase de Herbert Spencer: «sobrevive el más apto»). Nos olvidamos que somos seres humanos y que precisamente una de las condiciones que nos permitió superarnos ha sido la cooperación en el trabajo de cuidado y producción (ver los trabajos de Sarah BlafferHrdy, Leslie Aiello y Robin Dunbar, entre otros). Podemos decir entonces que “sobrevivenquienes se cuidan mutuamente”. Sobrevivimos porque cooperamos. No es que no haya que ser “competentes”. No es lo mismo competir para ganarle a los otros individuos, que ser competentes en lo que hacemos para ponerlo en común en el mejoramiento de la vida de todos y todas. Recordemos que el Ministerio de Educación tiene listo desde el año 2018 los contenidos transversales de “cooperación y cooperativismo” para todos los niveles (obligatorio por ley provincial), faltando la implementación en las escuelas.

LA ESCUELA SECUNDARIA

El nivel secundario es otra cosa. El rol histórico de la Escuela Secundaria ha sido primero el de formar a la dirigencia en estudios propedéuticos para acceder a la educación universitaria (siempre exclusivista, a pesar de los esfuerzos de la Reforma Universitaria y de la Gratuidad);tambiénpara formar a los formadores: la escuela Normal de formación docente. Y por último, ha sido el de formar a los trabajadores jerárquicos (mayoritariamente varones) que requería la industria y los negocios. Por eso, que la secundaria se vuelva realmente universal, y que no sea más discriminatoria y segregacionista, es un desafío histórico. El desgranamiento fue siempre el gran problema de la secundaria: en la década del ’70, antes de la crisis del neoliberalismo, de cada 10 alumnos que entraban a primer año, sólo 2 terminaban la secundaria. En los ’90, ya con la Ley Federal de Educación (1993) que imponía 9 añosde escolaridad básica común obligatoria (hasta EGB3), de cada 10 alumnos que terminaban el EGB2 (6 años de escolaridad), sólo 3 concluían con el Polimodal (12 años). Recién con las reformas de la Ley de Educación Nacional (2006) se pasa a la obligatoriedad del nivel secundario completo (2 años de Inicial -salas de 4 y 5 años-, más 12 años de educación común básica). Esto significó un enorme esfuerzo presupuestario para garantizar el acceso al nivel secundario a toda la población escolar. Se adaptaron y se construyeron edificios y se contrataron profesores. Así se llegó a la promoción de 5 de cada 10 alumnos que ingresan al nivel secundario. En pocos años (las transformaciones en educación son en periodos muy largos de tiempo) se pasó del 20% de egresados al 50%. Es imposible mejorar el acceso, permanencia y promoción, y al mismo tiempo la calidad. Sin embargo, no se debe obviar que el desafío sigue siendo alcanzar el 100% de egresados, y a la par, mejorar la calidad de la educación de todos. El lema sigue siendo “Educación de calidad para todas y todos”.

Sin duda el desgranamiento más importante se genera a los 15 ó 16 años, cuando muchos jóvenes entran a la edad productiva y comienzan a conchabarse en trabajos informales. Es precisamente a esa edad: 15 años, y no un año de escolarización específico, cuando se lleva a cabo las pruebas internacionales PISA (en inglés: Programmefor International StudentAssessment, es decir, Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes) de la organización mundial OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, foro de algunos de los principales países del mundo). El motivo de hacerlo a esa edad es precisamente el de estudiar la fuerza laboral futura de los distintos países. Las pruebas se centran en la capacidad de comunicar y resolver problemas, mucho más que en recordar datos o fórmulas. Para esta organización, comunicar y resolver problemas debería ser el eje de la formación de los niños y niñas, por lo menos hasta los 15 años.

Pero como dijimos, si la educación es en el aula y graduada (años sucesivos), el principal problema del nivel secundario es el desgranamiento. Necesitamos que los alumnos asistan a las clases. ¿Cómo hacemos para retener a las y los estudiantes de tercero a sexto año? Hay dos y sólo dos métodos para encontrar la salida a un laberinto (más allá del de “prueba error” y el no despreciable uso de la intuición). Uno lo enunció Leopoldo Marechal:“De todo laberinto se sale por arriba” (en sintonía con Albert Einstein: “No se puede resolver un problema con las formas de pensar que lo crearon”). El otro método lo pueden investigar, pero digamos que es mucho más lento, tanto como el de prueba-error. Quizás para resolver el problema del desgranamiento de los últimos tres años de la escuela secundaria haya que salirse de los esquemas institucionalizados, haya que salir de las aulas, salir de los esquemas graduados, y llevar la escuela a los lugares donde están los jóvenes, ampliando las condiciones de posibilidad en relación a la resolución material de sus vidas. La educación siempre, pero fundamentalmente en los últimos años de la secundaria, tiene que ser “significativa” para el alumno. Esto quiere decir que el proceso de aprendizaje debe tener un propósito y un sentido valorado por los estudiantes. Es así que la experiencia de aprendizaje debe ser:

  • Pertinente con la actualidad del alumno: conectar con la vida real, relacionar los contenidos y habilidades con situaciones y problemas del mundo real;
  • Relevante en relación al futuro: abordar temas y problemas que se relacionen con los sueños y aspiraciones.

Esto quiere decir que la educación debe motivar e inspirar a los estudiantes. Los debe conectar con la vida real y sus intereses. Y debe desarrollar habilidades y competencias útiles. Es decir, que los estudiantes vean el valor y el propósito de lo que están aprendiendo, y pueden aplicarlo en su vida diaria y futura.

Algo de esto se comenzó a trabajar con el proyecto de la nueva modalidad de “Educación Secundaria Profesional” (ESP), por el Ministerio de Educación de Nación (del 2022, aprobado el 6 de noviembre de 2023, en la 127° ASAMBLEA DE CONSEJO FEDERAL – RESOLUCIÓN CFE N°463/23). Se trata de Unidades Educativas orientadas a la formación en profesiones y oficios acordes con las actividades reales de la población, para alumnos que hayan abandonado la escuela secundaria en alguno de los 3 últimos años.Laeducación es “no graduada”, es decir, se completan los contenidos de la educación secundaria con las 4 áreas básicas: Matemática, Lengua, Cs. Sociales y Cs. Naturales, en proyectos personalizados más allá de la gradualidad en años escolares.Supone un Coordinador de Trayectorias cada 15 alumnos; y formación en las familias profesionales acordes a las actividades reales de la población local. El proyecto espera duplicar la tasa de alumnos en la educación técnica en los próximos años (si es que se lleva adelante).El principal desafío es que tanto el Coordinador como los profesores deben acompañar a los alumnos en sus espacios de trabajo. Por eso se piensa en equipos chicos de docentes bien pagados.En efecto, se espera que los docentes y tutores vayan a buscar a los alumnos, y no al revés como sucede en la escuela secundaria común. Esto que a algunos nos puede parecer obvio, hoy no lo es. La gran mayoría de las escuelas se desentienden de los alumnos que abandonan el sistema. Por eso, no será posible implementar este programa con la misma estructura y procesos de las escuelas de hoy. Sin duda el programa ESP, tal cual como fue pensado, cuestiona la forma de gestionar la escuela, la forma de concursar cargos, y la misma formación de las y los docentes. Toda esa estructura obsoleta se basa en chorreras de normativas (la mayoría resoluciones ministeriales), de las que su tronco central es el Estatuto Docente Provincial del 19 de agosto 1976 (Decreto Ley N° 3122, en base al Estatuto Nacional Docente de 1958). Un decreto de la intervención militar, con casi 50 años gobierna la educación de Catamarca. Y esto no sucede sólo en Catamarca. Ya es hora de simplificar las normas y construirlas desde cero, a partir de la Ley de Educación Nacional, y no de un estatuto del siglo pasado.

LA EDUCACIÓN SUPERIOR NO UNIVERSITARIA

Si la Escuela Primaria funciona sola, la Escuela Secundaria funciona a medias, los Institutos Superiores no funcionan.Quiero decir acá que, a pesar de todo este diagnóstico, el sistema educativo está lleno de héroes y muchas más heroínas anónimas, en las aulas y en las oficinas. Personas que todos los días la pelean para que las comunidades puedan tener mejores condiciones de posibilidad de buen vivir, de alternativas de futuro acordes a sus deseos y aspiraciones. Para ellas y ellos, mi admiración. Pero no podemos tapar los problemas que tienen los IES.Este sistema es ingobernable. Tengo una montaña de evidencias empíricas sobre esto. La cadena de mando está totalmente destruida, la capacidad de hacer que las normas (buenas o malas) se cumplan es muy baja. La distancia de control es muy amplia y no existe posibilidad alguna para que una decisión llegue intacta desde la cumbre estratégica hasta el último de los docentes. No conozco ningún indicador alentador. Incluso indicadores cualitativos como vinculación con el medio laboral y profesional, son alarmantes.Insisto, conozco ejemplos virtuosos, algunos muy recientes, que hay que alentar, pero la falla es en las estructuras mismas y en los procesos instalados. Dejo por acá algunas pistas que creo necesario indagar:

PRIMERO: La oferta se debería orientar al territorio y vincularse con el medio laboral del territorio. Y debería ser una oferta reducida, porque cuando hay una inflación de ofertas, se genera una devaluación de cada carrera. Por ejemplo (y es sólo un ejemplo), se sabe que la provincia (y todo el país) debe duplicar la cantidad de enfermeros profesionales. ¿Por qué no alentar esta carrera en cada IES, y reducir los lugares donde se ofrecen otras carreras igualmente vinculadas al sistema desalud pero que se sabe no van a tener tanta demanda? ¿Por qué no vincular cada IES con los hospitales de referencia y planificar conjuntamente el desarrollo profesional del territorio? Este ejemplo puede multiplicarse para cada familia profesional y de formación docente.

SEGUNDO: Todos los cargos docentes de los IES deberían ser interinos, con fecha de inicio y de finalización, como lo indica la Ley de Educación Superior en su art. 20, y los concursos deberían ser transparentes y pensando en la mejor educación de los alumnos, y no en la necesidad de los docentes. No podemos resolver el problema laboral de docentes perjudicando la formación de los alumnos. Se deben buscar otras soluciones.

TERCERO:Creo que hay que separa la formación técnica de la formación docente. En la mayoría de los IES la formación docente y las tecnicaturas están juntas. La impronta de la formación docente y la necesidad laboral de los profesores, permea toda la educación técnica. A nivelepistemológico (incluso ontológico) la formación docente es totalmente distinta a la formación técnica. La formación técnica requiere de profesores profesionales técnicos, con práctica concreta, formados en docencia. No es lo mismo que docentes que para poder enseñar aprendieron una diciplina técnica que no ejercieron nunca. Y habría que preguntarse lo mismo sobre la formación artística.

CUARTO: La formación docente debería volver a estar centralizada en un Instituto Provincial de Formación Docente, con sedes en cada departamento de la provincia. Esto debería aportar a retomar la gobernabilidad del sistema. Ese Instituto debería planificar participativamentela oferta en cada lugar, con las instituciones educativas locales y el asesoramiento de la Secretaría de Planeamiento Educativo de la provincia. Lo mismo se puede pensar con los Institutos de Formación Técnica y los Institutos de Formación Artística. En estos casos, además habría que vincularlos con la formación técnica y artística secundaria y, como ya se dijo, con la oferta laboral del territorio.

QUINTO: Una dificultad estructural en muchos lugares es que funcionan varios Establecimientos Educativos distintos, que tienen distintas autoridades, sobre una misma infraestructura escolar (un mismo edificio). Es decir, varios directores tienen que coordinar el uso de un mismo espacio.Esto genera múltiples dificultades, desde establecimientos que no tienen acceso a servicios básicos, hasta la licuación de responsabilidades sobre las instalaciones. En 2029 se propuso la formación de UNIDADES ESCOLARES: localizaciones con varios establecimientos educativos, se propone la creación de una UNIDAD ESCOLAR: Un conglomerado de establecimientos educativos distintos (cada uno con su propio director a cargo) que brindan servicios educativos en una localización única, de un territorio determinado, y que organizan conjuntamente la oferta educativa local. Se propuso la creación de un puesto de “Regente” (figura existente en la normativa), que gestiona la articulación de recursos entre los distintos Establecimientos Educativos y constituye la máxima autoridad administrativa (no pedagógica).

LA VUELTA A LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA TERRITORIAL

En dos contextos diferentes, un pueblo rural en la Puna catamarqueña y un barrio popular en la ciudad Capital, se realizaron consultas (2017) sobre la demanda de educación superior. Los resultados fueron: en el pueblo rural, el 100% de los participantes demandó carreras universitarias tradicionales sin vinculación con el territorio; en el barrio popular, los jóvenes del último año de secundaria expresaron deseos de: Ingresar a la escuela de policía o academias de fuerzas de seguridad (mayoritariamente); Estudiar en un profesorado (proporción menor);Ingresar a la universidad en carreras tradicionales (unas pocas alumnas y alumnos).Nadie en ambos contextos expresó interés en estudiar Tecnicaturas Superiores.

Otro dato: en Catamarca, la tasa de desocupación (2023) es mayor entre las personas con estudios secundarios o superiores completos (22% y 26%, respectivamente) en comparación con aquellas con estudios incompletos (8% y 18%, respectivamente).Esto sugiere que completar los estudios no necesariamente garantiza una mayor empleabilidad. Es posible que la frustración de no poder trabajar en la profesión para la que se han formado sea un factor que contribuya a que las personas con estudios completos se declaren desocupadas.

Desarraigo y frustración. En algún sentido, la educación actual puede llevar aldesarraigo o a lafrustración debido a la falta de valoración positiva con la provincia y las actividades locales. Probablemente estos sentimientos sean aprendidos en el proceso de formación. Un objetivo del sistema educativo debería ser el de crear las condiciones para que los jóvenes se sientan orgullosos de su territorio y se comprometan con su desarrollo, en lugar de sentirse frustrados o impulsados a migrar.

Una propuesta para cambiar esto es reconocer y valorar las actividades productivas que ya se realizan, lo que las personas hacen hoy. Y poner eso como punto de partida de cualquier proceso educativo. Es decir, está muy bien incorporar computación, programación y cibernética en la escuela común, pero antes de pensar en todo un ciclo de formación en “robótica” (que es necesaria), partir incrementando y estimulando la oferta de formación en producción agropecuaria de monte, altoandino y puna; en producción diversificada de alimentos; en agroindustria; en gastronomía y turismo; en construcción y diseño de obra; en diseño y producción textil; en salud y cuidados personales; en gestión de organizaciones; etc. Es decir, fomentar una educación que se enfoque en el desarrollo local y el arraigo a partir de nuestra propia historia y experiencia. Cada docente debería pensar en enamorar a los niños y jóvenes con el territoriopara que se sientan motivados a aprender y contribuir al desarrollo localconcreto, no con mensajes chauvinistas y románticos, sino con la práctica y experiencia de una tierra digna de ser vivida.

El Sistema Educativo es muy grande, la cartera de Educación es compleja, y la formación de las consciencias y de las capacidades del Pueblo es un objetivo vital y pone en juego valores muy elevados para las personas y para la sociedad toda. Como se dijo, hay alternativas para mejorar la gobernabilidad del sistema como, por ejemplo, modificar la elección de supervisores y crear espacios de coordinación delos Nodos Regionales, que deberían funcionar en cada cabecera departamental.Sin embargo, no se debe perder de vista el caracú del problema: la necesidad de ampliar las condiciones de posibilidad, que las personas tengan más opciones, más puertas para elegir, y que esas puertas no sean una estafa. Porque recordemos siempre que no aprendemos para ser mejor que nadie,¡aprendemos para ser más libres!

(*) Juan José Sánchez es Lic. en Administración; Especialista en Gestión de la Economía Social y Solidaria (EGESS-UNQ); Maestrando en Economía Social (MAES-UNGS); y Miembro de la Red de Expertos Internacionales en Planeamiento Educativo (IIPES-UNESCO). Docente de Economía Social en el IES Estanislao Maldones. Correo electrónico: juanjosanchez61@gmail.com

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