EDITORIAL
Una política de Estado es aquella que goza de al menos tres características fundamentales: tiene un amplio consenso, es de importancia estratégica y perdura en el tiempo, es decir, trasciende las gestiones de gobierno, no importa el signo político.
No hay en la Argentina muchos ejemplos de políticas; sin embargo, una ley aprobada en la madrugada de ayer en el Congreso de la Nación reúne esas características, aunque para que se convierta efectivamente en política de Estado deberá implementarse y tener continuidad.
Lo que los diputados convirtieron en ley es el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030. El amplio consenso se advierte en el resultado de la votación: 156 votos afirmativos y dos abstenciones correspondientes al catamarqueño Rubén Manzi, de la Coalición Cívica, y Romina Del Plá, del Frente de Izquierda. En el Senado, el año pasado, había obtenido 58 votos a favor y solo uno en contra. Además, el programa fue concebido de un modo participativo e involucra a las 24 jurisdicciones subnacionales. Su perduración en el tiempo está garantizada porque fija metas a mediano y largo plazo, con un horizonte explicitado en el año 2030. Y, tratándose de temas como ciencia y tecnología, su importancia estratégica no puede discutirse.
Los objetivos del plan son “erradicar la pobreza y reducir la desigualdad y vulnerabilidad socioambiental; impulsar la bioeconomía y la biotecnología para incrementar la producción sostenible y alcanzar la soberanía alimentaria”. Además, la iniciativa busca “contribuir al diseño de políticas para fortalecer la democracia y ampliar los derechos ciudadanos; construir una educación inclusiva y de calidad para el desarrollo nacional; promover la industria informática y de las tecnologías de la información para la innovación productiva y la transformación digital; potenciar la transición al desarrollo sostenible; y fomentar y consolidar un sendero para la transición energética”.
También, el proyecto propone “lograr una salud accesible, equitativa y de calidad; desarrollar los sectores espacial, aeronáutico, de las telecomunicaciones y de la industria para la defensa; fortalecer la investigación marítima, la soberanía y el uso sostenible de los bienes del Mar Argentino”.
El plan fue elaborado y tiene el empuje decidido del gobierno nacional, pero también han colaborado los gobiernos provinciales y municipales en todo el territorio nacional, organismos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) y en discusión con actores de otros ámbitos. Un hecho que corrobora el carácter pluralista de la iniciativa es que uno de los voceros del proyecto fue el radical Facundo Manes, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología.
La duda respecto de la aplicación de la iniciativa se relaciona con la posición libertaria. Javier Milei estuvo ausente en la votación, pero se ha expresado en reiteradas oportunidades en contra del fomento estatal a la ciencia y la tecnología. Además, la ley aprobada ayer establece un incremento gradual pero sostenido del presupuesto para el área, impulso que va en contra de los postulados de La Libertad Avanza.
Es de esperar que el gobierno que asuma en diciembre respete la ley aprobada ayer, que no solo tiene objetivos virtuosos desde el punto de vista estratégico, sino también un consenso amplio y bastante inusual en el Congreso de la Nación.
Fuente: El Ancasti