Los legisladores reticentes a adherir al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) encontraron un inesperado aliado en la negligencia del Gobierno nacional, que se envanece de protagonizar la reforma más grande de la historia de la humanidad pero demora en pasar de las teorizaciones a la práctica. La Ley Bases, nervio jurídico del programa libertario, fue sancionada tras ajetreados trámites hace un mes pero aún no se registran avances en su reglamentación.
Esta lentitud es particularmente curiosa en el caso del RIGI, al que los libertarios asignan importancia prioritaria para conseguir el ingreso de dólares al país y contrasta con la rápida reglamentación del paquete fiscal que los gobernadores consiguieron a cambio del respaldo en el Congreso.
En Catamarca, los diputados de La Libertad Avanza presentaron antes que el Gobierno provincial el proyecto de adhesión al sistema y advirtieron que aprobarlo es “urgente” para que otros distritos mineros no se pongan en ventaja. La iniciativa, junto con la del Gobierno, tomó estado parlamentario el miércoles, pero los radicales dilatan los tiempos para definir su posición con rondas de consulta y ayer el presidente del bloque oficialista, Gustavo Aguirre, echó mano a un argumento planteado por el senador nacional boinablanca Flavio Fama para hacer lo propio: conviene esperar que la Casa Rosada reglamente la norma para establecer los términos de la adhesión provincial.
Aguirre no dijo cuál es su opinión sobre el RIGI, pero se entiende que recurra al justificativo de Fama: debe ganar tiempo para tratar de unificar posiciones en la bancada que conduce. La discusión por el RIGI le ofrece una oportunidad política para demostrar solvencia como jefe de bancada.
“Ahora se viene una etapa de mucho diálogo, estudio y debate interno para definir una postura. Algunos diputados han planteado alguna abstención o diferencia en relación con el RIGI, por lo que tenemos un trabajo hacia dentro del bloque para ir obteniendo consensos”, dijo.
Fama, que como senador nacional aprobó el sistema, había señalado antes que “es un tema que merece un estudio y discusión profunda” y que la falta la reglamentación a nivel nacional “no es una cuestión menor”.
“Hay que ver cuáles son los aspectos que se reglamentan a nivel nacional y de ahí que se tome la mejor decisión posible para la provincia de Catamarca”, consideró, sin olvidarse de subrayar que su voto en el Congreso “de ninguna manera condiciona ni al bloque, ni a los diputados que son de mi espacio político”.
Esto es: se abstuvo de marcar una línea concreta para los radicales y liberó el debate a la dinámica provincial, en cuya orientación comienzan a gravitar ingredientes electorales por los comicios de medio término del año que viene.
Las urnas pueden parecer lejanas, pero podrían no estarlo tanto y siempre hay que considerar la velocidad con que se precipitan los acontecimientos. El Gobierno tiene la opción de desdoblar y convocar a marzo.
El cálculo por la visibilidad que puede proporcionar la discusión del tema es un ingrediente importante, sobre todo para quienes concluyen mandato el año que viene y aspiran a continuar en sus bancas.
En el caso de los radicales, la prescindencia de Fama no podría ser más lógica: tendrán la revancha contra los libertarios que les ganaron el año pasado y, obviamente, respaldan la propuesta.
Los libertarios asistirán a las elecciones sin arriesgar ninguna de las cinco bancas que tienen en la Cámara baja, de modo que tienen todo por ganar y nada por perder en términos de incidencia legislativa. Los radicales, en cambio, deben remontar lo que perdieron a manos de los libertarios y pondrán en juego varias poltronas.
Mientras más se demore la definición del RIGI, más se contaminará la discusión con la incertidumbre que introducen las especulaciones electorales provincianas. Si la Casa Rosada está tan interesada en el sistema, tendría que apurarse con la reglamentación.