Hacia un sistema más pluralista y más transparente

EDITORIAL
La oposición nacional promueve la sanción de una ley en el Congreso de la Nación que disponga la utilización de la boleta única de papel a partir de las elecciones del año que viene. El oficialismo aun no se ha pronunciado sobre el tema, aunque el año pasado el ministro Wado de Pedro prometió que el tema se trataría este año, que no es electoral. De modo que hay una posibilidad cierta de que esta modificación prospere, terminando con la lista sábana que rige hasta ahora y que tantos cuestionamiento ha recibido. El sistema de boleta única implica que toda la oferta electoral es presentada en una única boleta suministrada por el Estado, y en la que cada elector debe marcar con una lapicera su preferencia electoral.

El último intento de cambio en este sentido había sido impulsado por Cambiemos en 2016, cuando era oficialismo. Pretendía la implementación del voto electrónico, pero la iniciativa fracasó. El rechazo tuvo más argumentos técnicos que políticos. En 2017, un informe a cargo de expertos informáticos, solicitado por el Ministerio del Interior de la Nación al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), fue expresó: “No existe evidencia en la actualidad de que sea factible utilizar un dispositivo electrónico en esta fase del proceso de votación sin comprometer requerimientos fundamentales del voto, en particular, garantizar el secreto”. Los problemas de seguridad informática planteados, y que han provocado que muchos países del mundo dejasen del lado el voto electrónico, fueron tan contundentes que el proyecto naufragó antes de debatirse en el Congreso.

Según la visión de muchos expertos, la boleta única de papel, que se utiliza en varias provincias, siendo las pioneras Santa Fe y Córdoba, tiene todas las ventajas del voto electrónico pero ninguno de sus problemas. Las ventajas del sistema son varias e indiscutibles. Es económico, más transparente que el de los votos sábana y es fácil y rápido, pues el elector solo debe marcar la alternativa que elije y ni siquiera es necesaria la utilización de un sobre, pues deposita la boleta doblada en la urna.

El reemplazo de los votos sábana por las boletas únicas de papel son un aspecto instrumental, importante pero apenas parcial de una reforma política más profunda que en algún momento deberá implementarse para mejorar el sistema representativo. Los partidos son el corazón de ese sistema, su funcionamiento también debe reformarse, pero sumarse a la vez otras vías de participación política que amplíen la posibilidad de acceso de ciudadanos y ciudadanas a los cargos electivos sin la necesidad de someterse a las anquilosadas prácticas que son propias de las organizaciones tradicionales.

Si el primer paso es mejorar la instrumentación del acto electoral, el desafío estratégico es garantizar el mayor pluralismo posible y los métodos de selección de representantes más transparentes que los que están actualmente en vigencia.

Fuente: El Ancasti

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