El retiro del capítulo fiscal de la Ley Ómnibus, que el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo planteó ayer como un gesto de buena voluntad del Gobierno nacional para acelerar su sanción en la Cámara de Diputados y el Congreso, implica en realidad redoblar la apuesta del presidente Javier Milei en la pelea contra los gobernadores.
Caputo prefiguró la amenaza de Milei de dejar “sin un peso” y “fundir” a los gobernadores cuando posteó en su cuenta de X que, si el paquete fiscal no era aprobado en el Congreso, restringiría los fondos para las provincias.
Ayer reiteró la advertencia, concatenada con un sablazo concreto: entre lo que la Casa Rosada renuncia a discutir por el momento está la anulación de la baja en el impuesto a las Ganancias instrumentada, con aval del Congreso y los mandatarios peronistas, por el ministro-candidato a Presidente Sergio Massa.
Son 3 billones de pesos menos de recaudación proyectados para 2024, de los cuales el 57% les corresponden a las provincias.
En el caso de Catamarca, la pérdida sería de casi 60.000 millones.
Es difícil saber qué pretende Milei, pero las “delegaciones legislativas al Poder Ejecutivo nacional de emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, social, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria y social” no están en el capítulo fiscal.
Que el controvertido mega DNU esté en vigencia, aun con suspensiones judiciales parciales, expone los límites del Congreso para neutralizar el mecanismo: en las condiciones actuales, no puede rechazarlo.
¿Se propone Milei ejecutar el ajuste fiscal por decreto para tratar de quitarle el poder de veto al Congreso?
Incógnitas del país bizarro, pero según Caputo, “la mitad del déficit está en las provincias”.
Como sea, con la escalada de la tensión entre la Casa Rosada y los gobernadores, convendría que las representaciones catamarqueñas en el Congreso contemplen la posibilidad de constituirse en bloques aparte para ganar autonomía frente a la rigidez ideológica de las bancadas nacionales.
El método arrojó buenos resultados para la Provincia durante la segunda mitad de la gestión de Mauricio Macri.
Gustavo Saadi y Silvana Ginocchio asumieron como diputados nacionales en diciembre de 2017 y se desmarcaron del kirchnerismo con la creación de la bancada Elijo Catamarca. Esta decisión mejoró la posición negociadora de Catamarca, que entonces era gobernada por Lucía Corpacci. El respaldo o el rechazo parlamentario de Saadi y Corpacci se decidían exclusivamente en función de los intereses provinciales, no por veleidades ideológicas. Así consiguió la gobernadora Corpacci algunos recursos extra de la administración macrista.
Con solo dos diputados, “Elijo Catamarca” tuvo un margen de maniobra interesante frente a un gobierno nacional de signo antagónico al local.
Ahora, el oficialismo provincial cuenta con cuatro: Ginocchio, Dante López Rodríguez, Sebastián Nóblega y Fernanda Ávila, pero están dentro del bloque de Unión por la Patria.
Con más diputados, ¿por qué no reiterar la experiencia de Ginocchio y Saadi?
En el marco de la fragmentación parlamentaria, el valor de esas cuatro voluntades es, además, mucho mayor. Podría incluso resultar clave en alguna instancia muy reñida, sea a favor o en contra del Gobierno libertario.
La cuestión es ganar autonomía para no hacer mero seguidismo ideológico y poner en relieve los intereses provinciales.