Entrenador de fútbol de niños fue imputado por varios hechos de abuso

LAS VÍCTIMAS TIENEN ENTRE 12 Y 14 AÑOS
A finales de diciembre del año pasado se presentaron cuatro denuncias en Andalgalá. Fue detenido e imputado. Días pasados se sumaron otras dos denuncias.
Los chicos querían jugar a la pelota y el entrenador se habría aprovechado de su deseo. La Fiscalía Penal de la Segunda Circunscripción Judicial, con asiento en Andalgalá, se encuentra abocada a la investigación de varios ultrajes. El denunciado es el entrenador de inferiores de un equipo de fútbol; las víctimas son niños y adolescentes de entre 12 y 14 años. A fin de resguardar a los niños, se reservan la identidad y demás datos del acusado.

En diciembre del año pasado, el fiscal de Andalgalá recibió las primeras cuatro denuncias. Pasada la Navidad, imputó al entrenador por un “abuso sexual simple” y “abuso sexual con acceso carnal, en concurso real, continuado”. Durante la indagatoria, el acusado –asistido por un defensor particular-, se mantuvo en silencio. Luego, la fiscal Soledad Rodríguez continuó con la causa y habilitó feria. El Juzgado de Control de Garantías de Andalgalá oportunamente le confirmó la detención. Para este martes se tiene prevista la audiencia de solicitud de prisión preventiva. De acuerdo con información a la que pudo acceder El Ancasti, ésta podría suspenderse por unos días. Ello se debe a que ingresaron dos nuevas denuncias contra el entrenador, también por abuso sexual.

Los chicos asistían al club para encontrar un lugar de contención y estar alejados de las calles. La institución representaba un lugar de resguardo, ante un grupo vulnerable, en una zona con muchas necesidades. Sus padres los enviaban al club con las mejores intenciones y los chicos disfrutaban de ese momento en la cancha, jugando y entrenando. Sin embargo, el entrenador se habría aprovechado de esta situación. Mediante engaños y promesas habría ultrajado a los chicos. Ellos querían jugar de titulares; no querían estar en el banco. El entrenador habría sacado provecho para consumar los abusos.

Los chicos advirtieron que algo no estaba bien. Posiblemente, las clases de Educación Sexual Integral (ESI) los puso en alerta. Primero habrían comentado entre ellos lo que estaba pasando; no tuvieron miedo y pusieron en palabras lo que el entrenador les hacía. Luego, fue el turno de contar a las personas adultas. Sus padres los escucharon y les creyeron. Tras enterarse de lo ocurrido, decidieron realizar la denuncia penal correspondiente. Así comenzó el proceso. Los chicos declararon en sede judicial. Los ultrajes habrían dejado secuelas.

Escucha adecuada
El abuso sexual en la infancia (ASI) es una de las formas de violencia más extrema que niños, niñas y adolescentes pueden sufrir. No obstante, el dato más importante que advierten los profesionales en esta temática es que en la gran mayoría de los casos los agresores son del entorno cercano. Puede ser un familiar, un docente o un vecino.

Las niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual no solo deben romper el silencio impuesto por su agresor, sino también encontrar un adulto que crea en sus palabras (o sepa identificar las señales de alerta) y los proteja. Lamentablemente, en muchas ocasiones eso no sucede. Cuando se sospecha o se sabe que una chica o un chico ha sido víctima de abuso sexual, se produce “una movilización emocional y una conmoción en el entorno familiar de la víctima”, especialmente en aquellos adultos cuidadores receptores de esta sospecha o develamiento, se advierte.

El hecho de que la mayoría de los abusos sean perpetrados por alguien cercano al chico o chica, familiar o de su confianza, hace más difícil la intervención.

Es importante habilitar el diálogo con un acercamiento tranquilo, en un ámbito de privacidad, sin exponerlos. Habilitar el diálogo no es habilitar un interrogatorio, se aclaró. Muchas veces, el relato es fragmentario, en pedacitos o en tirones. Es importante que sean los profesionales capacitados quienes indaguen acerca de cómo ocurrieron los hechos. Por eso, los adultos cercanos no deben preguntar detalles sobre la forma en que se dio el abuso; tampoco intentar completar las frases o adelantarnos a las respuestas. Sí se debe intentar saber quién fue el agresor a través de su relato para poder protegerlo de nuevos abusos, pero sin inducir respuestas con preguntas del tipo: “¿Fue tu abuelo?”, “¿Fue tu tío?”, “¿Te hizo tal cosa?”.

Es importante no tratar de calmar la propia curiosidad o angustia sino habilitar un canal de comunicación. Si el niño, niña o adolescente no puede contar nada o si se repliega más, no se debe insistir con preguntas. Es importante transmitir confianza.

Si develan de alguna forma que han sido víctimas de abuso, se debe tener en cuenta que suelen elegir a un adulto en quien confían para contarles y que generalmente se sienten avergonzados, culpables, con mucho miedo e impotentes. Para ellos, poder contarlo implica un gran logro y es muy importante darle completo apoyo: “Fuiste muy valiente en contármelo, vamos a hacer todo para protegerte”.

Un delito de acción pública
En octubre de 2018, tras una modificación en el artículo 72 del Código Penal Argentino (CPA) se convierten en carácter de orden público los delitos sexuales contra chicos y chicas. De esta manera, la acción ante la Justicia podrá ser iniciada por cualquier persona y el Estado, a través de los fiscales, estará obligado a llevar adelante las investigaciones correspondientes. Es decir, se elimina el requisito de la denuncia de los representantes legales del niño, niña o adolescente como condición para proceder.

Ante la duda o sospecha de un abuso a un niño, niña o adolescente, se debe denunciar. No es necesario informar a un superior jerárquico. No denunciar podría ser considerado como incumplimiento de deberes de funcionario público.

La Línea 102 de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes funciona las 24 horas, los 365 días. El servicio es gratuito y anónimo.

A la vez, el Servicio Local de Capital de Promoción y Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes cuenta con la línea 3834 606915. A través de este servicio, se pueden realizar consultas y asesoramiento.

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