Destacan el valor de la Cuesta de Zapata

LUEGO DEL ANUNCIO DE OBRAS
Abandonado durante años, ahora un proyecto busca poner en valor la emblemática Cuesta de Zapata, actualmente deteriorada por el paso del tiempo. Días atrás, el gobernador Raúl Jalil junto al ministro de Obas Públicas de Nación, Gabriel Katopodis, recorrieron la cuesta para evaluar las intervenciones a realizar con el objetivo de convertirla en un circuito turístico y recuperar la conexión vial entre Tinogasta y Londres (Belén).

Estudios históricos revelaron que esta vía fue parte de un camino Inca, que comunicaba las comunidades originarias de Shinkal (Belén) y Watungasta (Tinogasta), cuyo uso se mantuvo hasta la época de la independencia. Después en 1869, se creó como ruta comercial entre ambos departamentos y también fue parte de la Ruta Nacional 40, hasta el año 1979.

En una sintética descripción de esta ruta, el historiador catamarqueño Oscar Hugo Alaniz contó que “La cuesta de Zapata fue construida en el gobierno de Crisanto Gómez, en el año 1869. La disposición de la construcción dispone que el ancho de este camino debe permitir que pase el ganado que pudiese venir de Belén y encontrarse con uno que viniese de Tinogasta. Que pase una arria de ida, otra de vuelta, sin inconvenientes, se dejó plasmado en los documentos que refieren a su construcción”, relató.

Seguidamente, narró que “a través del tiempo ha sufrido muchas transformaciones, en una de ellas, quizás la más importante, trabajo de Clemente Bolecich, quien dejó un número importante de cuadernos y libretas donde consta el avance día por día”.

El historiador, contó además que la Cuesta de Zapata formó parte de un antiguo trazado de la emblemática ruta nacional 40 que atraviesa el país.“Fue parte importante de la ruta nacional 40, hasta que el trazado de la misma fue cambiado, pero a pesar de ello por mucho tiempo después siguió apareciendo en las cartillas turísticas de promoción de la gran Ruta Nacional», dijo.

Alaniz reveló que esta es la única cuesta del país, que mereció un sello postal del Correo Argentino, ya que, a fines de los años 1950, se imprimieron estampillas con paisajes argentinos: Puente del Inca, Mar del Plata, Quebrada de Humahuaca, Cataratas de Iguazú y también la Cuesta de Zapata.

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