Costos insostenibles

Análisis
La boleta que pagó la EC SAPEM a la mayorista CAMMESA por el consumo de enero fue un 533% más cara que la del año pasado: 9,8 billones de pesos contra 1,5. La cifra supera en 448 puntos la inflación interanual de ese mes informada por el INDEC, que fue del 84,5%. Es un 530% por encima de la inflación.

Es un incremento brutal que ya había impactado en la factura de diciembre. La distribuidora catamarqueña no puede trasladarlo directamente a los usuarios sin profundizar problemas serios que ya tiene, el principal de los cuales es el de las conexiones clandestinas a través de las cuales los “colgados” consumen pero no pagan. Esto es: EC SAPEM abona a CAMMESA por energía que distribuye pero no cobra, no se sabe en qué porcentaje.

Llama la atención que el costo de la energía no ocupe un lugar más central en la agenda de tratativas entre la Nación y las provincias, dado el fuerte impacto que tiene no sólo en los usuarios residenciales, sino también en la producción y la industria, actividades también castigadas por el estímulo a las importaciones del Gobierno nacional.

Estos costos extras se insertan en un contexto de reducción drástica de las transferencias desde la Nación a las provincias, que incluyen la coparticipación federal afectada por la baja de la recaudación a raíz de las caídas de la actividad y el consumo. En el caso concreto de Catamarca, la merma de los créditos devengados (previstos pero no totalmente pagados) de febrero fue del 90% interanual en términos reales.

¿Cuánto podrá sostenerse esta ecuación sin colapsar? Es un inmenso interrogante.

La Provincia cuenta con la ventaja de no tener compromisos de deuda en dólares ni deudas con CAMMESA, lo que le ha permitido hasta ahora mantener un escenario estable sin necesidad de recurrir a dipositivos como el de los “Chachos”, la cuasimoneda que emitió La Rioja en default.

Sin embargo, el embudo va angostándose cada vez más acelerado hacia una crisis, con un Gobierno nacional que se complace en ejercicios teóricos desconectados de la realidad concreta.

Tuvieron gran repercusión, por ejemplo, las manifestaciones del ministro de Desregulación y Transformación del Estado Federico Sturzenegger, quien tras unos cálculos tan rápidos como inexactos, concluyó que al Estado catamarqueño le bastaría con reducir un 10% sus gastos para poder prescindir de los tributos provinciales.

Si bien es cierto que es posible bajar los gastos estatales superfluos, el caso del costo de la energía sirve para ilustrar sobre los límites que tienen abstracciones como la desplegada por el funcionario que Javier Milei distingue como “coloso”.

De algún lado sale el dinero para pagarle a CAMMESA sin trasladar el total del incremento nacional a las facturas de los usuarios. ¿De dónde será? Porque las transferencias nacionales que según Sturzenegger deberían alcanzarle a la Provincia para solventarse vienen en caída sostenida y sin perspectivas de repuntar. En algún lado se está recortando para afrontar las cada vez más onerosas facturas energéticas.

El Gobierno, según dice, redujo los sueldos de los funcionarios revirtiendo el 6% de aumento salarial que se acordó para toda la administración pública y también avanzaría en la fusión de ministerios y otras reparticiones, además de extremar el control sobre la asistencia a los lugares de trabajo.

Aparte, se cayó la licitación para tomar créditos por más de 140 mil millones de pesos habilitados en el Presupuesto y ahora está en condiciones de contratarlos en forma directa. Serían para el financiamiento de obra pública, del que la Nación también ha desertado.

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