Editorial
La Sociedad Interamericana de Prensa presentó el lunes un informe que manifiesta su preocupación por los ataques que el periodismo argentino recibe desde el poder político. Lo hizo luego de cuatro días de deliberaciones, presentaciones y conferencias realizadas en el marco la 80° Asamblea General que se desarrolló en la provincia de Córdoba. En uno de sus párrafos el trabajo señala que los periodistas y medios de comunicación de la Argentina “experimentaron fuertes agresiones verbales de parte del presidente Javier Milei, referentes del gobierno nacional y militantes de su espacio político”.
No es la primera vez que se pronuncia al respecto, del mismo modo que lo han hecho otras organizaciones e instituciones –ODEPA, FOPEA, Amnistía Internacional- que alertan sobre las descalificaciones que sufren medios y comunicadores y que son una amenaza a la libertad de prensa y a la libertad de expresión.
La Sociedad Interamericana de Prensa, que está formada por 1.300 medios y asociaciones de prensa, menciona que el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) “advirtió que un tercio de todos los ataques en los primeros meses del gobierno provinieron de Milei. Más de medio centenar de periodistas fueron desacreditados en entrevistas televisivas o en mensajes en redes sociales con epítetos como ‘ensobrados’ (en alusión a un supuesto condicionamiento de su trabajo por publicidad estatal), ‘mentirosos’, ‘difamadores’, ‘esbirros’, ‘manipuladores’, ‘extorsionadores’ y ‘cómplices de los violentos’”.
“Uno de los episodios más graves en los que se registraron agravios del presidente – señala el documento- ocurrió el 28 de septiembre. En un acto proselitista Milei dedicó algunos de los párrafos más enfáticos de su discurso a gritar insultos contra periodistas. Terminó dirigiendo un coro de miles de militantes que repetía “hijos de puta”.
Aunque el fenómeno de ataques a los periodistas es especialmente visible en la Argentina de los últimos meses, es asunto generalizado en América. El escrito menciona múltiples formas de violencia y agresiones contra el ejercicio del periodismo. Y remarca algunas extremas, que ciertamente no se dan en Argentina desde hace mucho tiempo, como los crímenes por ejercer el oficio o profesión. Hubo en el último semestre cuatro periodistas asesinados y una reportera que está desaparecida.
Para la Sociedad Interamericana de Prensa existen “ataques físicos, amenazas de muerte, estigmatización, restricciones, acoso judicial y financiero, incursiones contra medios, picos de agresiones durante procesos electorales, espionaje, bloqueo y hackeo, entre otras violaciones”, que “plagan el ejercicio del periodismo en la región”.
La violencia en todas sus formas, incluida la discursiva, es una amenaza a la libertad en general de las personas, y particularmente una amenaza a la libertad de expresión, que es clave para el funcionamiento de una sociedad democrática.