Emoción, música y un público rendido a sus pies
El esperado regreso de Abel Pintos fue el gran acontecimiento de la apertura de la 54° Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, que vivió una jornada emotiva y multitudinaria el pasado viernes 18 de julio.
Desde que pisó el escenario mayor del Predio Ferial, el bahiense no hizo más que reafirmar su conexión única con el público. Miles de voces lo acompañaron desde el arranque con “Sueño Dorado”, y corearon una tras otra sus grandes canciones como “La llave”, “Motivos” y “Piedra Libre”. La emoción flotó en el aire cuando Abel, visiblemente conmovido, agradeció el cariño de Catamarca, una provincia que considera como su casa artística.



Su repertorio, que fusionó el folklore argentino con los matices del pop, logró que toda la platea se levantara a cantar y bailar. La energía y calidez que transmitió Abel en cada tema convirtieron su presentación en el momento más esperado y celebrado de la noche inaugural. El público, fiel y apasionado, respondió con aplausos interminables y ovaciones.
Pero la magia del Poncho no terminó con Abel. La apertura tuvo un despliegue artístico local de altísimo nivel. Las Milonguitas, primera orquesta de tango femenina de la provincia, cautivaron con su puesta en escena elegante y potente, lideradas por la virtuosa violinista Clyde Díaz. El joven Nicolás Reyna, una de las promesas del folklore catamarqueño, emocionó con su interpretación de “Y cómo es él” y “Lloviendo estrellas”, ganándose una ovación cerrada.



El espectáculo continuó con cuadros coreográficos que pusieron la piel de gallina: la Compañía de Danzas Meraki y el Ballet Folclórico Estable Municipal, con su homenaje a Juan Alfonso Carrizo, ofrecieron un despliegue de tradición y modernidad que dejó sin aliento al público. También brillaron las presentaciones de Carafea, festejando sus 15 años con la música. Antonio Serrano, Germán Cano, Deby Gianoglio y Mala Junta, consolidando una velada diversa, auténtica y profundamente catamarqueña.



El Poncho 2025 arrancó así, a pura emoción y talento, reafirmando su lugar como la fiesta cultural más importante del invierno argentino. Y esto recién empieza: diez noches de música, danza y tradición esperan al público local y a los turistas que llegan desde todo el país y el mundo. La Fiesta del Poncho ya está latiendo en cada rincón de Catamarca.


