Un emprendimiento de sublimación fue intimado por colegios privados

Quintana, Pía Didoménico y Enrique Hood
Las cartas documentos le prohíben la confección de indumentaria de los establecimientos escolares.

Daiana Solohaga, la dueña del local del emprendimiento Luna Abigail, recibió en primera instancia una carta documento en nombre de un colegio privado de la Capital, que le prohíbe la fabricación de indumentaria de dicha institución.

El emprendimiento familiar ubicado en avenida Alem, lleva más de 13 años en el mercado y es uno de los más elegidos a la hora del inicio del ciclo lectivo.

Con los colegas de El Ancasti habló Daiana, respecto a su trabajo y lo perjudicial que es toda esta situación en su día a día: «Hacemos confección de indumentaria para las escuelas, nosotros estamos en nuestra temporada alta, además confeccionamos artículos escolares como set de jardín, mochilas, set de merienda y algo de uniformes escolares. Hacemos la indumentaria escolar de los colegios que nos dejen, como el Colegio del Carmen y San José, escuelas municipales y algunas escuelas públicas, trabajamos por pedidos en nuestro taller».

“Hace unas semanas me llegó una carta documento que está firmada por María Verónica Cima, la apoderada legal del Colegio Privado Padre Ramón de la Quintana, en la que me intima que no fabrique indumentaria escolar de la institución, y quiero aclarar que yo no fabriqué nunca la indumentaria, el colegio cambió todo el uniforme y le mandó a los padres una lista con todos los artículos y los precios, bastante altos por cierto, que comprando todo el combo completo cuesta $250.000”, comentó la dueña del local.

“Los padres empezaron a recurrir a mí preguntándome si confeccionaba la remera y el pantalón de ese colegio, yo les dije que no porque no conocía ni la tela ni los colores, pero lo que sí hice fue una mochila azul que me pidieron, a partir de ahí creo que viene la carta documento con esta intimación, en donde dice que el logo está registrado como marca, pero el logo es de un colegio, yo creo que eso no puede estar registrado como marca”, comentó respecto a la primera carta.

Solohaga también explicó: “Mientras a mí me mandaban la carta documento, a los padres les enviaban un mensaje por whatsapp diciéndoles que los niños no iban a poder ingresar a la institución escolar si llevaban alguna prenda apócrifa de este taller o la mochila de este taller, o sea que hay una imposición del colegio hacia los padres. No creo que corresponda que los asuste de esta manera a los padres”.

«Contrataron una empresa de Córdoba para que sea el único taller habilitado, por eso su prohibición a nosotros de vender este tipo de prendas de este colegio puntualmente, igual la mayoría de los colegios de Catamarca hacen lo mismo, nadie les compra a los emprendedores catamarqueños, prefieren pagar a empresas de otras provincias», manifestó Daiana.

Esta situación da cuenta del manejo que tienen los colegios privados en la provincia, donde algunas escuelas públicas y privadas dan la libertad de elegir en qué lugar comprar la indumentaria de cada alumno y en otras no.

Para gran sorpresa de Daiana, luego de recibir su primera carta documento, llegaron intimaciones con la misma prohibición de los colegios Pía Didoménico y Rodolfo Senet. Además, se apersonó en el taller la dueña del Instituto Superior Enrique Hood, pidiéndole que no fabrique nada que tenga que ver con la institución, ya que un pariente de ella es el único habilitado para realizar la indumentaria.

“Es triste esta situación, hay mucho perjuicio, me coartan la libertad de trabajar, nosotros vivimos de lo que la gente nos va pidiendo, solo tenemos cinco máquinas, mi marido se encarga de las sublimaciones y de la regalería personalizada, no es más que una empresa familiar que siempre busca superarse, buscando la mejor calidad a lo que ofrecemos y ante todo esto que pasó ya prefiero no recibir ningún trabajo que me ofrezcan con esos colegios que mencioné”, expresaba la emprendedora.

«Voy a responder como corresponde la carta documento, porque es falaz lo que dice, yo no fabriqué la indumentaria de ese colegio, aunque estoy muy preocupada, nosotros nos levantamos cada día pensando qué vamos a vender, cómo vamos a hacer para sobrevivir a esta situación que estamos viviendo y nos cuesta cada hilo que tenemos acá”.

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