ECONOMÍA
Argentina es cara en dólares, y en paralelo los salarios alcanzan cada vez a comprar menos.
El poder de compra de alimentos del salario mínimo argentino está entre los peores del mundo, así lo demuestra un reciente trabajo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag). Este fenómeno combina dos tendencias: el encarecimiento relativo en dólares del país, asociado a una tasa de aumento del dólar oficial bastante menor al ritmo de la inflación, y por otro lado al congelamiento relativo de buena parte de las paritarias. Un litro de leche en Argentina cuesta igual que en Francia y es más caro que en Finlandia y España, muestra el informe. A su vez, comparado con América Latina, Argentina es el país donde el salario mínimo permite comprar menor cantidad de kilos de carne molida.
El empobrecimiento relativo de la población argentina no sólo puede medirse en relación a la capacidad de compra de sus salarios en pesos, sino en relación a los precios de otros países del mundo, en donde los salarios superan ampliamente a las percepciones locales. Así surgen estos casos, como el recientemente mencionado de que un litro de leche cueste más cara en dólares en Argentina que en Finlandia o España, e inclusive tenga el mismo valor que en Francia donde la población exhibe niveles de ingresos muy superiores a los locales. Este fenómeno combina dos tendencias: por un lado la estabilidad del tipo de cambio oficial, que crece a una pauta del 2 por ciento mientras la inflación en alimentos promedió el 18 por ciento mensual en el último cuatrimestre, y por el otro el congelamiento relativo de gran parte de las paritarias respecto a la acelerada dinámica que tuvieron los precios.
Argentina es cara en dólares, y en paralelo los salarios alcanzan cada vez a comprar menos. Un ejemplo simbólico en este sentido es la incidencia de un plan de salud de medicina prepaga sobre el salario promedio, recientemente calculada por el economista Nadin Argañaraz, que muestra que equivalía al 18 por ciento del mismo en diciembre de 2023 y pasó a 30 por ciento en abril de este año. Dinámicas de precios explosivas combinadas con salarios estancados.
El trabajo de Celag, en tanto, comparó la situación del salario mínimo en Argentina con otros 78 países de todas las regiones del mundo. Encontraron que “Argentina está entre los más caros o, cuanto mucho, en niveles medios de precios en dólares de alimentos y, en todos los casos, está entre los peor posicionados en cuanto al poder de compra de alimentos de su salario mínimo”. En 10 de los 14 alimentos analizados, Argentina se encuentra entre el 50 por ciento de países más caros en dólares. En relación al salario mínimo, este permite comprar una cantidad similar de kilos de arroz en Argentina que en Kenia, pero Argentina tiene un precio en dólares similar al de Suecia y Canadá, aclara el informe.
El precio del litro de leche en Argentina es igual al de Francia y más caro que el que se encuentra en Finlandia y España, aunque los estándares adquisitivos locales son mucho menores que los de países europeos. En cuanto a la media docena de huevos, en Argentina el salario mínimo permite comprar una cantidad similar a la que compra en Túnez y Nigeria, pero el precio en dólares es como el de Suecia y Bélgica, muestra la Celag.
Por último, Argentina es el país donde el salario mínimo permite comprar menor cantidad de kilos de carne molida de América Latina, según este informe. Actualmente, el salario mínimo está fijado en 202.800 pesos, esto es por debajo del costo de la canasta básica total que indica si un ciudadano es pobre. El salario mínimo creció apenas 39 por ciento entre marzo y noviembre, contra una inflación general del 90 por ciento en igual período y un incremento en el precio de la carne del 93 por ciento, según los datos relevados por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Los cortes de carne que más aumentaron en el período reciente fueron los “económicos”, lo cual podría estar impulsado por la mayor demanda de cortes económicos en un contexto de pérdida de poder adquisitivo de los ingresos, analiza el CEPA.
Al igual que ocurre con otros bienes en la economía: “El incremento del precio de la carne vacuna se tradujo en una caída del consumo. El consumo per cápita se situó en marzo de 2024 en 42,6 kilos por habitante por año, un 18,5 por ciento menos que en marzo de 2023 cuando llegaba a los 52,4 kg”, detallan. En este escenario, el Gobierno convocará nuevamente al Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil el próximo martes 30 de abril para definir una segunda actualización del mismo. El primer aumento de esta gestión, del 30 por ciento pagado en dos tramos entre febrero y marzo, había sido unilateralmente decidido por el Gobierno mientras que representantes sindicales e industriales también forman parte del Consejo. La convocatoria fue pautada para la previa del Día de las y los trabajadores.