PUNA BIO
Se trata de Kanzama -“vida” en lengua Kunza- y es definido como un biofertilizante para el tratamiento de semillas de trigo, elaborado a base de bacterias extremófilas exclusivas de Puna Bio.
La innovación se basa en 20 años de estudio en la puna catamarqueña, con dos años de ensayos en los que se hicieron 22 trabajos, a cargo de 12 científicos, en 19 localidades.
Más de 30 profesionales estudiaron alrededor de 500 bacterias extremófilas, logrando una solución para la nutrición del cultivo.
Entre sus funciones centrales se destaca una doble acción: mayor fijación de nitrógeno y solubilización de fósforo.
En ese aspecto el uso de Kanzama trae aparejados numerosos beneficios, entre los que se destaca, una mayor cobertura vegetal y cantidad de espigas y granos por metro cuadrado, lo que genera mayores rendimientos por hectárea.
Puna Bio

Recientemente, “Puna Bio” inauguró su laboratorio en la localidad tucumana de Yerba Buena, lugar donde desarrollan la producción de los insumos para los cultivos a base de bacterias que aíslan de un ambiente extremo como los salares de la puna donde soportan condiciones de alta salinidad y radiación ultravioleta, o escasez de nutrientes.
Primero salió a la cancha “Kunza Soja”, su primer biofertilizante, que superó ampliamente los resultados obtenidos por los productos comerciales utilizados habitualmente en la producción de soja en Argentina y Brasil.
Si bien la empresa nació del sector público en el Conicet, hoy es de carácter privado. No obstante, parte del capital que generan vuelve al estado gracias al aporte de regalías. Por un lado al Conicet y por el otro, a provincia de Catamarca, que es la dueña de la biodiversidad de donde salen los recursos. Para el caso, el año pasado la empresa y el Ministerio de Agua, Energía y Medio Ambiente local, acordaron seguir trabajando en conjunto para ampliar las líneas de investigación.
Lucas Zampieri, por aquel entonces titular del área, recibió al presidente de la empresa Franco Martínez Levis, y a las científicas María Eugenia Farías y Elisa Bertini acordando profundizar la investigación sobre las bacterias extremófilas y el acceso a los recursos biológicos de la puna catamarqueña, asegurando así la distribución equitativa de las regalías.
Por su parte, la empresa propuso colaborar en la divulgación científica, mediante la capacitación en materia de microbiología de ambientes extremos, y la realización de pruebas para la recuperación de áreas degradadas y nuevos cultivos en la puna de Catamarca.
